Cuanto más alta son las expectativas más cruel es la frustración, y más si estas expectativas no están basadas en hechos sólidos.

Según mucha gente, el baile futbolístico y la goleada de 5-2 frente a Dorados transformó al Tigre, que estaba arrastrado la cobija en el torneo, en un temible equipo. ¡Grave error!

Cuatro días después, el supuestamente ya rehabilitado, animado y goleador equipo auriazul se topó con la cruda realidad que hizo polvo la ilusión de los aficionados que creyeron en el espejismo que vieron frente al gran y descendido pez de Culiacán.

Por eso no me canso de invitarlos a cuidar lo que escuchan y que analicen los juegos de su equipo dejando a un lado el corazón. Eso no les quitará el amor que tienes por los colores del equipo, pero podría evitar muchos de esos dramáticos momentos de tristeza e inconformidad que hoy tienen con el "Tuca" y sus pupilos.

Con el futbol y la intensidad con que Tigres jugó frente al América en el partido de ida de la Final de la Concachampions, muy probablemente hubiese goleado de forma más escandalosa, 7 u 8-0 a los débiles Dorados, pero le faltó mucho para ser rival a la altura del América.

Al analizar una victoria o una derrota de tu equipo jamás debes dejar de priorizar dos puntos importantes.

1.- El nivel del adversario que tuvieron enfrente.

2.- El nivel de exigencia a que estuvo sometido su equipo.

Basarse sólo en el resultado final puede llevarte a generar falsas esperanzas y crecen las expectativas que en un abrir y cerrar de ojos se transforman en frustración, como lo que sucedió el miércoles pasado en el Uni.

Los equipos no se hacen buenos o malos de la noche a la mañana y mientras el "Tuca" Ferretti no intente nada nuevo, lo único que cambiará será el nivel de sus adversarios.

El futbol que jugaron los Tigres y que le bastó para golear a Dorados fue el mismo futbol que lo trae con el santo en la boca en la Liga MX, el mismo sistema predecible e improductivo que resultó ser una presa fácil para Nacho Ambriz que, para mí, le ganó el mandado al "Tuca" en las cuestiones tácticas.

De la falsa mejoría de hace unos días volvemos a la cruda realidad de Tigres.

Los felinos están muy cerca de quedarse sin la Copa de Campeones de Concacaf y, de no sacar un buen resultado mañana frente al Santos, aumentará y, mucho, el riesgo de quedarse también sin Liguilla.

Amigos aficionados a Tigres, yo creo que tu equipo puede ser tan bueno como su entrenador lo permita, así que, si en la cancha insisten en hacer lo mismo no esperen resultados diferentes.

 
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