Las derrotas del Guadalajara ante el America están tan normalizadas, que la imagen de Oribe Peralta cotorreando con sus ex compañeros americanistas resultó más escandalosa que el mismo partido.
¿Qué pensaba Oribe Peralta al exponerse de esa manera tan solo unos minutos después de la derrota más dolorosa de la temporada?
Sinceramente creo que nada, y ese es el problema. Jugadores que han perdido perspectiva de lo privilegiada que es su posición, pero, sobre todo, han perdido conciencia sobre la industria que engrandece su talento.
Ellos ganan su lugar como estrellas del show, pero es la industria con sus técnicas la que los agiganta.
El futbol en crudo es una competencia que busca introducir un balón en el arco del contrario, son los jugadores los que elevan su nivel, los entrenadores quienes lo hacen estratégico y somos los medios junto con los equipos quienes nos encargamos de que este espectáculo deportivo se vuelva importante para la sociedad.
El peor error que puede cometer el futbolista de la Liga MX en la actualidad es creer que lo ven más por su nivel de juego que por el arraigo fomentado hacia los equipos.
A Oribe Peralta le pediría que no fuera egoísta; si él está satisfecho con su gran carrera y no le interesa cuidar un producto que lo hizo millonario, entonces es mejor que se marche porque lo único que logra con esas exhibiciones es debilitar una rivalidad que es y será el sustento económico de otras generaciones.
Lo que hizo "El Cepillo" se llama "romper el kayfabe": todos sabemos que las rivalidades son deportivas, pero la gente no los quiere ver juntos.
Entendemos que el futbol no es todo en la vida, pero si acaban de perder un partido que millones de aficionados están sufriendo no los queremos ver divirtiéndose en lugares públicos ni, mucho menos, carcajeándose con el rival minutos después de perder un Clásico.
¡Le hacen daño a la industria!!!!
Según las mentes brillantes de la lucha libre, el gran error de los nuevos luchadores mexicanos es no extender su personaje más allá del ring.
Los fanáticos saben qué hay un humano por debajo de la máscara, pero el hecho de que cuiden su identidad le da realismo al personaje.
Recuerden el comportamiento de los rudos de antes que eran capaces de negarle un autógrafo a un niño en público con tal de seguir fortaleciendo su papel.
Si la lucha libre en México ya no es lo mismo de antes tiene mucho que ver con el comportamiento de sus figuras, sería una lástima que lo mismo pasara con el futbol.
La era del individuo y las redes sociales están provocando que los deportistas se centren en su valor y olviden la maquinaria que los rodea.
Twitter: @AldoFariasGzz |