Las carreras automotrices han estado presentes desde hace más de 140 años, evolucionando para brindarnos la emoción desenfrenada por la velocidad y el poder de los motores.
A lo largo de los años hemos tenido varios tipos de carreras, empezando por el primer Grand Prix de Francia, las 500 millas de Indianapolis, las 24 horas de Le Mans, la creación del NASCAR y la F1. Cada una nos ha presentado lo mejor de los automóviles para alcanzar mayor velocidad, mejor resistencia y diseños con la mejor aerodinámica.
Las carreras no parecen tener fin en su desarrollo tecnológico; aunque, también enfrentamos cambios como la búsqueda de nuevas fuentes de energía, ya que el petróleo sí tiene un fin. Así llega la creación de la Fórmula E, la próxima fase en la industria automotriz.
Sí, es difícil tener que decirle adiós al estruendo de los motores, pero nos encontramos en una época donde habrá que adaptarnos, y gracias a la cultura tecnológica se ha creado un auto eléctrico que alcanza hasta 280 km/h en tan solo cinco años; algo que en otra época tomó más de 60.
No sabemos qué depara el futuro, pero la Fórmula E ha llegado para quedarse y cambiar los autos tal como los conocemos.
Pablo Rueda es alumno de la carrera de Comunicación en la UP y redactor en la vertical de deportes en MediaLab.
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