Si llega el América-Chivas, hay que poner los ojos en el.
Acusado de ser un artículo mediático, convoca sin embargo a multitudes que, por cierto, no estarán tan contentas esta vez porque ambos cuadros tienen dolencias.
El América sufre para sacar resultados, batalla para ser contundente y colecciona empates y partidos sin ganar. Seis en total, con una derrota y cinco igualadas.
Cierto es que hay una explicación: no ha tenido completo a su plantel en ningún momento. Se levanta uno de sus jugadores para reaparecer y se le caen dos. Aunado a la venta de tres de sus jugadores base que bien a bien no han sido suplidos con la misma eficacia: Marchesín, Edson y Matheus Uribe unos centímetros menos, dejaron alto el listón para sus reemplazos.
Pero está en zona de clasificación y con el ánimo encendido porque se le presentan enfrente dos partidos esperados cada semestre: Chivas y Cruz Azul.
Las Águilas, como ayer en Juárez, a veces no ganan pero difícilmente pierden.
Su orgullo es enorme, no cede hasta que está en el autobús de regreso y aunque sea en los últimos instantes, rescata cuando es necesario lo que parecía perdido.
Las Chivas sí que llegan mal.
Tomando como muestra los mismos seis partidos más recientes, el panorama es desolador: ganó solamente uno -el Clásico Tapatío-, perdió cuatro -dos de ellos en casa- y empató con Cruz Azul, también preocupado por su marcha.
Lo que le sucedió contra Pachuca fue inaudito.
Pese a la costumbre de culpar siempre al técnico, contándole arbitrariamente las horas que le quedan en el puesto, los errores individuales hundieron a los rojiblancos contra el Pachuca.
Tuvo momentos brillantes, le dio la vuelta al marcador, se fue encima buscando firmar la victoria... y empezó a hacer agua con errores básicos.
La desconfianza puede ser parte de la explicación. La cohesión con el técnico y el compromiso de los propios jugadores serán puestos a prueba en el partido más difícil que le pudo tocar en este momento porque los Clásicos salvan... pero también deciden futuros. No sería la primera vez.
Los 11 puntos con que llegan al partido les hace crucial la visita. Una derrota les mandaría a la lona de manera definitiva.
Los siete puntos de diferencia que tiene a favor el anfitrión -cerca del doble de los que suma Chivas en total- dejan claro el pronóstico salvo porque se trata de un Clásico. Ese no es un eslogan. Es una realidad que las tendencias históricas avalan aun con sus correspondientes excepciones.
Veremos si la gente asiste y los chiva hermanos responden por su tribu. Si Tomás logra enderezar. Si nos ofrecen un buen juego. Si América gana y se pone a volar.
Por lo pronto, los boletos se venden como en los mejores tiempos.
Sí, es el Clásico.
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