Dentro de la enorme cantidad de frases poco analizadas y muy repetidas que existen en el futbol, hay una que me provoca especial disgusto: "Penal fallado es penal mal tirado".

El penal es la única jugada en la que el portero no tiene nada que perder. Nada. Porque las probabilidades han estado en su contra desde que se inventó la regla #14, en 1891 (aunque fue hasta 1929 que se obliga al portero a permanecer sobre la línea de meta).

Si bien la tendencia de penales no convertidos ha incrementado en los últimos años, no parece posible ver, en un futuro cercano, que llegue siquiera a estar cerca del 50%. Por algo se le bautizó como "la pena máxima" en tiempos donde el propio Alfredo Di Stéfano consideraba una falta de respeto celebrar el gol de penalti. Los arqueros enfrentaban el castigo casi con total resignación y es posible observarles en videos de los años 50 y 60 permanecer de pie ante el cobro.

¿Penal fallado o penal atajado? Simple: se falla un penal cuando se tira al poste o fuera de la portería, nada más. El resto es mérito del arquero por donde se le vea. Desafortunadamente se habla una y otra vez de "penales fallados", cuando en realidad han sido atajados. A partir de ahí se centra la crítica sobre el tirador y en la mayoría de los casos se le resta mérito al arquero.

Penal fallado no es necesariamente penal mal tirado ¡No! Existe una especie de juego mental en el que cada vez hay mayor número de elementos para conocer al cobrador.

Amadeo Carrizo, legendario arquero en los 40, 50 y 60, escribió: "Recuerdo que contuve un penal por acordarme de fotografías de ese miso jugador en situaciones idénticas... son datos provechosos que orientan al arquero. Si lo desconoces, es todo azar". Esa era la base de datos con que se contaba en su tiempo. Hoy existen suficientes elementos para conocer mucho más al cobrador.

Los penales y la definición por penales han evolucionado mucho más allá de un mano a mano a 11 metros de distancia: desde la hoja que contenía los datos de cada jugador argentino en los últimos 3 años, en relación a sus cobros desde el manchón penal, con que Jens Lehman atajó la serie de penales en el 2006 ante la Selección albiceleste, hasta la obra maestra de Van Gaal con la Selección de Holanda, en aquel cambio de arquero (Tim Krul por Jasper Cillessen) solo segundos antes de finalizar los tiempos extra, por los Cuartos de Final ante Costa Rica en Brasil 2014.

Tapar un penal es sin duda una de las más grandes satisfacciones que vive un arquero. Es, por donde se le vea, un logro con secuelas expansivas a favor y en contra de propios y rivales... es una de las más palpables aportaciones de un arquero al estado de ánimo de su equipo y seguidores.

No... ""penal fallado no es penal mal tirado". Sería mucho más justo y apropiado cambiar la palabra "fallado" por "atajado", y analizar esas frases que nos arroja el futbol, pero que asimilamos de manera automática.

 
 
Twitter: @FELIXATLANTE12