Si no hay ascenso no hay desarrollo, y esto involucra muchos escenarios, solo piénsalo un segundo, ¿qué imagen se tenía de ciudades como Tijuana, Torreón o León antes de tener su lugar en la Primera División?
El futbol de Primera se convierte en un atractivo turístico para muchos fanáticos que les encanta conocer nuevos estadios, ciudades, el saber cómo se vive un partido de futbol, la experiencia de ir de visitantes a un un coso, etc.
Es ahí la relevancia que tiene el aficionado al declararse fanático de un equipo, pues desde su trinchera ayuda al crecimiento no solo deportivo, también social, pues contribuye comprando boletos, alimentos y bebidas en el estadio, un apoyo gigante al club, y no olvidemos la mercancía oficial.
Tigres y Rayados son aficiones que acostumbran protagonizar las mejores entradas, esto involucra consumo de mercancías que provocan mejores contratos de publicidad y contratación de jugadores de primer nivel.
A nivel internacional, la importancia que tiene para los los Yankees de Nueva York la venta de cerveza o la relevancia que tienen la venta de playeras de Cristiano Ronaldo para su club.
Ascender a Primera División es una oportunidad para el equipo de exponer su marca y generar más aficionados, que pueden llegar, incluso, a cambiarle la cara a una ciudad.
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