La violencia de género sea de la persona que sea, es imperdonable; aunque sea un futbolista y se apellide Messi o se llame Cristiano.
Por eso, el Club América decidió dar por terminada la relación laboral con Renato Ibarra, ahora conocido como Renato "N".
Era de esperarse que el equipo de Coapa se deslindara del futbolista ecuatoriano. Muchos americanistas podrán llorarle al jugador por lo mostrado en el campo, pero la institución cuidó su imagen y siguió sus valores alineados a los cambios de hoy en día, caso contrario a los Pumas, quienes encubrieron a Marco García.
Yo le pregunto a la afición azulcrema qué prefiere: un futbolista que, aunque le retiraron los cargos, ya está tachado y mal visto, o que su equipo haga lo moralmente correcto.
Las Águilas siguen demostrando que nada está por encima de su institución y de la imagen que dan sus futbolistas, quienes deben actuar como un ejemplo para todos los niños, dentro y fuera de la cancha.
Con el caso de Ibarra, el América puso de manera inobjetable un ejemplo de cómo actuar ante estos casos tan sensibles y dio un golpe sobre la mesa en contra de la violencia de género e intrafamiliar.
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