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Dos estilos opuestos
Mario Castillejos | 25-04-2019
en CANCHA
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El "pressing" vs. el "toque".

¿Cuál de estas dos acciones terminará conquistando el título de la Liga de Campeones de la Concacaf?

Por lo pronto, el achique de los Rayados se va imponiendo 1-0 sobre el futbol de posesión de Tigres.

El equipo de Alonso, magistralmente, le cerró todos los espacios a los de La "U", apretándolos desde la salida, atorándolos en todos los sectores, no dejándolos armar, ni arriba ni abajo, impidiendo en su totalidad la ejecución a los de Ferretti.

Para desgracia de los visitantes, todo esto sólo lo plasmaron durante 45 minutos, porque en el segundo acto, el dominador pasó a ser plenamente dominado por el futbol de posesión y posición.

¿Diego Alonso los tiró hacia atrás?

Ésa es la pregunta que muchos se hacen o la afirmación de otros, sin percatarse de que no existe equipo -por lo menos en este continente- que pueda ejercer un desgaste de esa magnitud durante 50, 70, mucho menos 90 minutos de juego.

Si hay algo que se le puede reprochar al Monterrey es que no mostró "contraataque" durante la segunda mitad y eso es tan inconveniente como el que pretende ganar una pelea de box sin tirar un solo golpe del sexto al decimosegundo round.

El secreto está en capitalizar los momentos de domino con gol, condiciones que no van a variar en la vuelta.

Hablemos de los actores: Celos Ortiz y Charly Rodríguez fueron dos volantes discretos, responsables, minuciosos y solidarios que pelearon los balones sin ningún ruido y sin dejar rastro.

Luis Quiñones y Avilés Hurtado, desgarbados, superaron -durante la segunda mitad- a sus rivales con la potencia de su genética, recurso minimalista de un artesano, más la determinación de un poseído. Pasar el balón a un toque para este par de viciosos del regate es una celda.

En lo particular, Hurtado necesita un adiestramiento extra en el arte de recibir la pelota con ventaja. Romario, por ejemplo, jamás se colocaba ni de frente ni de espalda al balón, lo hacía de perfil.

Rodolfo Pizarro, en cambio, transitó por un hermoso y fructífero trance de asociación, dejando a un lado esos ataques de importancia que lo orillan a gambetear a todos. Como fantasía, tiene sentido; como realidad, es una invitación al desastre.

Y cuántas veces Rodolfo usó el pase como acción primaria y creó peligro. Sentirse muy bueno es una cualidad de los grandes futbolistas, pero también la tumba de quienes no llegan a entender el juego, en fin.

Aún faltan 90 minutos de "pressing" vs. "posesión", donde la única verdad será el gol, donde jamás ha sido de otra manera.

PD: Asegurar y gritar que tu equipo va a ganar sólo refleja la arrogancia de la ignorancia.

Lo escrito, escrito está.

 
Twitter: @castillejos_m
 
 
 
 
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