La soberbia de Caixinha para declarar, el bajón futbolístico del Cruz Azul en las primeras ocho jornadas, la eliminación del telonero torneo de Copa bajo el yugo de los Alebrijes. Y aunque lo nieguen, en La Máquina predomina la desconfianza y la incertidumbre.
Con tanto mosqueo, al entrenador se le ocurrió citar a conferencia de prensa para que de forma unilateral nos ratificara su continuidad, no sin antes avisarnos que tiene contrato hasta el 2020.
Igual puede tener contrato hasta el 2030 o hasta el infinito, pero al señor se le escapó un detalle: su antecesor, al igual que el antecesor de su antecesor y el antecesor del antecesor del antecesor, dejaron esa institución no obstante que todos tenían contratos vigentes. ¿Por qué va a ser diferente ahora? Y esto no es "fake news", sino un dato documentado.
Claro, lo único que puede salvarlo es la santísima victoria. Aunque la pregunta es, ¿cuántos puntos de los 27 restantes auxiliarían al señor Caixinha? Bueno, yo calculo que el "parachute" se podría abrir si alcanza un 60 por ciento de las unidades que faltan (16 o 17). Pero yo no soy ni el dueño ni mucho menos el jefe inmediato del portugués.
A estas alturas, en el torneo pasado, el mismo entrenador se pavoneaba con 20 puntos, 15 goles marcados, sólo tres recibidos, seis victorias, dos empates y en lo más alto de la general.
La edición pasada fue de ensueño. Elías Hernández marcó gol hasta con la pierna izquierda y fabricaba pases de gol desde la regadera de su casa. Cruz Azul registró un gol cada cinco tiros. Pero ambas circunstancias se salían de cualquier gráfica histórica, porque Elías jamás había plasmado un tan alto grado de productividad en nueve partidos seguidos.
De hecho, en la recta final y Liguilla, Hernández volvió a contabilizar su estándar.
Y cuando un equipo marca un gol cada cinco intentos como lo hizo Cruz Azul, cualquiera que analiza un poquito más allá sabe que esa marca es insostenible.
Sólo como información, el París Saint-Germain (PSG), siendo el equipo con mayor diferencia económica frente a sus rivales en una Liga (de 400 a 600 millones de euros vs. cualquiera), puede sostener esa eficiencia frente al marco.
Y ¡zaaaz!, si 15 tantos le sirvieron a Caixinha para sumar las primeras 20 unidades en el Clausura 2018, ahora no es extraño que los seis goles que llevan sólo le han producido nueve puntos.
Su registro es el siguiente: 103 tiros para un gol cada 17 intentos. Se va el tino del jugador, se va el gol, se va la confianza, se va la ilusión y se puede ir el entrenador. Así de ingrato es futbol, señor Caixinha.
Y esto no sólo pasa aquí. Ayer por ejemplo, en la Copa del Rey, al minuto 71 el Real Madrid llevaba 12 tiros, cero goles, y Barcelona, con cuatro disparos, sumó tres mortales anotaciones. Solari es un tonto y Valverde un genio.
PD. Rayados marcó 20 goles en sus primeros siete partidos con 101 tiros. 5.05 tiros por gol. Reitero: esa eficiencia es insostenible. Si se cumple la norma, Monterrey no marcará 20 goles en los siguientes siete juegos. Y a Puebla ya no le marcó.
Lo escrito, escrito está.
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