Los Rayados de Carlos Barra nos siguen transportando a la realidad de que no todo es perfecto. Y si usted es de los despistados, sólo tome en cuenta que en este singular juego jamás hemos necesitado de la perfección para divertirnos.

Quienes defienden que sólo hay una forma de jugar bien al futbol, aquí les comparto algunos datos para que alimenten su frustración:
 
Con un tiempo de posesión del 28 por ciento y sólo 147 pases acertados, el Monterrey venció categóricamente 3-1 al León en su propia casa.

Pero de seguro los dioses de futbol se siguen carcajeando de nosotros, cuando del otro lado del mundo Xabi Alonso, con el Bayern Múnich, completó 204 pases frente al Köln, tocando la bola cada 26 segundos, con un porcentaje de acierto del 89 por ciento, para ganar por 2-0.

También entiendo a los permanentes defensores del futbol arte, porque para ellos la comparación de uno con el otro contrasta tanto como la oferta del Pangea y el Pollo Loco.

Sin lugar a dudas que el futbol siempre ha necesitado de la exageración permanente, y como prueba, nada mejor que la observación de Jorge Valdano, cuando aseguró que para disfrutar del futbol en toda su plenitud, siempre hay que amar algo y odiar un poco de lo demás. ¿No cree usted?

Cambiando de tema, me gustaría compartir algo de la problemática que enfrenta nuestro futbol, porque sin darnos cuenta, la Liga MX ya transita en un ambiente de competencia global, en donde la eficiencia y la productividad de un equipo se miden contra otros fuera del territorio nacional.

Y como la conquista de los mercados extranjeros puede significar en el mediano plazo la diferencia entre prosperidad y miseria, creo que el tema vale la pena.

A manera de ejemplo, tomemos en cuenta que en buena parte de Asia, África y América cada día es más frecuente que de las páginas de deportes de los principales periódicos cubran el futbol inglés con el mismo esmero que el español.

Las historias de los contenidos tienen que ver con curiosidades de la Champions o con los últimos chismes de clubes europeos. No importa que los diarios estén escritos en inglés o en malayo, todos los días es lo mismo.

Sabedora de que muchas horas de televisión equivalen a muchos millones de euros, la Liga de España optó -hace un par de años- por ajustar sus horarios a los de la Liga Inglesa con el único propósito de no dejarle a la Premier el pastel asiático que llegaba en vivo entre las seis y nueve de la noche.

Si los dueños del futbol mexicano no hacen un plan por conquistar el mercado norteamericano, ¿como piensan crecer?

PD: Ojo, la afición mexicana sí se está modernizando; se está volviendo más exigente, más impaciente y más exquisita.

Lo escrito, escrito está.

 
 
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