En la ciudad de Monterrey, el aficionado se está modernizando; se está volviendo más critico, más exigente, más impaciente, más agudo.

Ávidos de información, muchos de los tradicionales devotos que formaban parte del llamado "círculo verde" (la población más amplia y menos informada) empiezan a consumir más noticias, más artículos en los medios electrónicos, estructuran argumentos con datos duros y, gracias a las redes sociales, tratan de inmiscuirse en el debate (círculo rojo).

Pues esta nueva casta de aficionados al futbol que por medio de "gadgets" divulgan sus percepciones, aún no está plenamente convencida, ni de los 13 puntos del Monterrey, ni de la goleada que Tigres le asestó al Morelia.

A partir de la jornada 8 del Clausura 2014, Carlos Barra ha cosechado nueve victorias, cuatro derrotas y tres empates, mismos números que representan un magnífico 62 por ciento de eficiencia. Y hoy, con 13 puntos de 18 posibles, sus Rayados amanecen en el segundo lugar general, además de contar con el líder anotador de la competencia -Dorlan Pabon- con siete goles en apenas 266 minutos en la cancha.

Afirmar que los Rayados no han jugado bien, en lo personal, me suena algo exagerado. Sin embargo, como tampoco vamos a ocultar que tres de los últimos rivales han sido de baja calidad (UdeG, Veracruz y Puebla), para ser ecuánimes en el diagnóstico, subrayemos que aún pueden jugar mejor.

De hecho, son los propios jugadores, cuerpo técnico y dirigentes, los menos satisfechos con el funcionamiento, pero cuando un equipo hace públicamente semejante ejercicio de autocrítica, en alguna forma se minimiza lo que han dejado de hacer en la cancha.

Los partidos que se avecinan frente al Querétaro, Chivas, Toluca, Atlas y León arrojarán más datos para comprobar si este Monterrey con Carlos Barra al frente es capaz de jugar bien y ganar.

Con lo que respecta al partido en Morelia, haciendo a un lado lo abultado del marcador, no podemos borrar de la crónica que el equipo de Ferretti dejó en el vestidor el exceso de toques intrascendentes y, en la cancha, fue de inicio a fin mucho más vertical.

A diferencia de su costumbre, los Tigres sólo necesitaron de 300 pases para fabricar con 15 remates a la portería la goleada.

A todos los que calificaron este marcador como engañoso, yo sólo les pregunto: ¿también calificaron como "engaño" los cuatro goles que León le marcó al Morelia o los tres que les acertó el América?

Y ahora que los Tigres fueron por más anotaciones, ¿también los vamos a enjuiciar?

PD. "A veces los críticos ven la música y oyen la pintura". Valeriu Butulescu, escritor rumano.

Lo escrito, escrito está.

 
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