"Cuando un hombre pide justicia es que quiere que le den la razón". (Santiago Rusiñol)".

 
Hasta el momento, la novela de Alan Pulido vs. Tigres se asemeja al cuento de "Caperucita Roja": El lobo siempre será el malo, si es Caperucita la que cuenta la historia.

Alan Pulido emprendió una cruzada donde evidentemente habrá consecuencias. El jugador se siente engañado y de manera pública desconoció el contrato que según la contraparte aún los une: "Estoy peleando por algo justo, estoy defendiendo mis derechos de algo que estoy seguro que mi contrato terminó en el 2014 y que soy jugador libre".

De aquí en adelante, lo único que vale es lo que el jugador pueda demostrar. ¿Que le falsearon la firma? ¿Que le manipularon las fechas? ¿Que le cambiaron las cláusulas? Cualquier aficionado o periodista que pretenda pronunciarse a favor o en contra de alguna de las partes, sin tener acceso a la documentación previamente evaluada por un perito calificado, está cayendo en el vil terreno de lo subjetivo.

Lo que Alan acaba de hacer no es cualquier cosa. Y sí mediáticamente, el famoso "Pacto de Caballeros" evidencia la arcaica práctica que dice: "De que me chingue yo, a que se chingue el peón, pues que se chingue el peón".

Los sentimentalistas siempre estarán del lado del jugador. Pero por un momento tratemos de cuestionar los hechos: ¿Por qué en su momento el representante de Pulido -Mauricio García- declaró a la prensa que sí existía un contrato vigente? ¿Por qué la abogada Thelma Herrera dejó de representar al jugador? ¿Por qué Pulido no alzó la voz cuando la FMF recomendó la asistencia al Mundial con contratos vigentes? ¿Por qué Alan aceptó desde el 2013 y hasta la fecha acepta la contraprestación económica ($) de un contrato que ahora dice que no existe? ¿Cómo pueden afirmar su abogado y su consejero (Felipe Ayala), personajes que no estuvieron presentes en la firma del documento en cuestión, que éste está truqueado, maquillado o falsificado, si los peritos exigen para el análisis papelería original que hasta ayer no tenían?

Bueno, ¿será tan imprudente su abogado (Lic. Jaime Castillo) de aconsejar a su cliente a denunciar sin tener la papelería de la controversia? Lo único que conocemos de este licenciado es que antes se ganaba la vida registrando dominios en internet.

Pero injuriar, difamar y falsear declaraciones en contra de una institución como Sinergia, filial deportiva de Cemex, también tiene muy graves repercusiones. Si Pulido no demuestra lo que ha dado a entender como transa, en qué broncón se metió. ¿No cree usted?

PD. "El jurado está compuesto por 12 personas elegidas para decidir quién tiene el mejor abogado". Robert Frost, poeta estadounidense.

Lo escrito, escrito está.

 
 
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