"La competencia lleva al antagonismo, a la enemistad y a la guerra porque el modo como un competidor consigue sus deseos es matando, sometiendo, suplantando o rechazando a quien compite con él". (Thomas Hobbes).

 
 
Con el registro de 131 futbolistas no nacidos en territorio nacional, ¿se le está haciendo un daño al futbol mexicano?

No sé si este sentimiento de usurpación venga desde los días de Hernán Cortés y La Malinche o durante el saqueo de metales preciosos en la época colonial, incluso podría haberse engendrado en los tiempos de don Porfirio, cuando las compañías americanas extraían petróleo de nuestro territorio, pero de que aquí vemos a los extranjeros como invasores, no lo podemos negar.

Bueno, el hecho es que ahora la industria del futbol en México permite que Tijuana, por ejemplo, cuente con dos naturalizados, más cinco extranjeros y nueve mexicano-americanos.

También que los Tigres tengan 11 futbolistas nacidos fuera de nuestras fronteras; Monterrey y Pumas, nueve por equipo; Cruz Azul, América y Querétaro, ocho; Atlas, Puebla, Chiapas y Santos, siete; Toluca, León, UdeG y Morelia, seis; Veracruz y Pachuca, cinco.

Y de semejante invasión se han derivado cualquier número de conjeturas como la que expresó Alan Pulido al enterase de la llegada de Marco Ruben y Hérculez Gómez: "Se nota que ya no me quieren porque contrataron dos 9".

Lo curioso del asunto es que todos los jugadores mexicanos se mueren por ir a Europa a competir, incluso, muchos periodistas también gritan exigiendo que se dé esa circunstancia, pero de ninguna manera les parece que aquí exista una competencia sin pasaporte.

En las mejores ligas del Viejo Continente, bajo el esquema "comunitario", más del 50 por ciento de los futbolistas inscritos no nacieron ahí.

Y aunque el jugador mexicano aún goza de un desusado proteccionismo, porque de las 450 plazas en la Primera División el 70 por ciento todavía son ocupadas por los nacidos aquí, para muchos es contraproducente la llegada de más extranjeros.

Entonces, ¿por qué es tan caro el jugador mexicano para el mercado local?

Si Monterrey hubiera comprado a Hugo Ayala en lugar de Estefan Medina, tranquilamente hubiera pagado el doble de lo que desembolsó por el colombiano.

Y antes de exigir mejores extranjeros, ¿por qué no enfocamos el debate en el nivel formativo?

El talento no es innato (genético), sino nato, natural, producto de por lo menos 10 mil horas de práctica sistematizada.

La solución no está en subsidiar la punta de la pirámide, sino en el desarrollo de la base. ¿No cree usted?

PD. "Si quieres ganar -le dijo David a Kate-, debes aprender a ser el amo del juego". (Sidney Sheldon, autora de The Master of the Game).

Lo escrito, escrito está.

 
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