Con un ojo al gato y otro al garabato, así fue mi noche el miércoles pasado.

En una tele veía cómo Miguel Herrera se encargaba de completar el ridículo espectáculo que su Selección estaba dando dentro de la cancha.

En la otra, los Tigres nos mostraban un funcionamiento que llamó mi atención y dejó abierta, y muy factible, la posibilidad de hacer historia en la Copa Libertadores. Pero vamos por partes, como diría Jack "El Destripador".

La pretensión de nuestra Selección: Ser el gigante de Concacaf.

La realidad: No logramos ser el gigante, ni siquiera del "poderoso" Grupo C conformado por, además de nosotros, Trinidad y Tobago, Cuba y Guatemala.

Volvieron a decepcionar. Su ataque encontró la portería rival, pero ahora fue su defensiva la que estaba "más perdida que cucaracha en gallinero". De equilibrio mejor ni hablamos.

"Bendita línea de cinco", deben de estar pensando los adversarios de México. Luego de la lesión de Rafa Márquez, la línea de cinco, que tanto le gusta a Miguel, ya no funciona.

Se vieron mal en el primer partido de la Copa América y el miércoles fueron un desastre. No entiendo tanta terquedad.

Al "Piojo" se le nota la desesperación que, al parecer, se ha trasladado al terreno de juego; así empezó la debacle del "Chepo" de la Torre.

Ganar la Copa es lo único que le resta a Miguel, ya que la forma que ha mostrado hasta ahora ha sido espantosa.

Mientras, en la otra tele, veía cómo los nervios traicionaron a los Tigres. Apenas estaban calentando y ya habían recibido dos goles.

Pero la lección del Estadio Morumbi, frente a São Paulo hace unos cuantos años, les sirvió a los felinos, que con paciencia lograron equilibrar las acciones y entraron de lleno al partido con el gol de Hugo Ayala.

De ahí en adelante vi mejor a los Tigres, ganaron el medio campo, Aquino empezó a desequilibrar por izquierda, mientras que Gignac daba muestras de su capacidad técnica y Rafael Sobis los lideraba desde la zona de creación.

Con dos líneas de cuatro, un enganche y un delantero, fiel a su estilo, el equipo de Ferretti por un buen lapso del encuentro se mostró mejor que el Inter de Brasil, hasta que Ayala cometió un error de concentración y se hizo expulsar.

Con un hombre menos y el resultado adverso, lo que sucedió después fue ganancia pura.

Con el gol anotado como visitante, una derrota por la mínima diferencia y tomando en cuenta que Tigres se vio muy bien en una cancha sumamente complicada, me hace pensar que Tigres será el tercer equipo mexicano en jugar una Final de Copa Libertadores.

 
 
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