Ya no hay espacios para los errores. El equipo que no logre navegar en las aguas de la perfección se hundirá en la oscuridad del fracaso.

Se escucha algo tétrico, pero es la pura realidad.

Del lugar 8, en donde aparece el Monterrey, a la posición 12, en donde se ubica el Atlas, todos tienen 17 puntos, probablemente menos de lo que pensaban y más de lo que merecen.

A falta de sólo 4 jornadas, cualquier tropiezo tendrá como destino final la guillotina; lo que se ha hecho bien hay que repetirlo y lo que se hecho mal hay que corregirlo.

Pero luego de tantas jornadas debatiéndose entre la ilusión de ser un buen equipo y la realidad de depender de algunos flechazos de sus individualidades, ¿será posible que con algunos ajustes esos equipos podrían llegar a la seductora Liguilla mexicana?

La respuesta es un tajante sí.

Ya hemos visto equipos que durante todo el torneo cargaban la mediocridad en sus maletas y en dos o tres partidos encontraron la forma para alcanzar los resultados necesarios para meterse a la Liguilla y la confianza para llevarlos al título.

Creo que por ahí va fincada la esperanza de esos intermitentes equipos para tratar de ocultar con un buen cierre su pobre actuación en el torneo regular.

El Monterrey de Mohamed es uno de ellos y, si bien es cierto que en el papel siempre se ha visto como un fuerte candidato al título, en la cancha no convence ni a ellos mismos.

El sistema de competencia otorga en unas pocas fechas grandes oportunidades para aquellos que no han hecho méritos durante casi todo el torneo.

Ese mismo sistema que busca el espectáculo y la atención de los aficionados también invita a que la mediocridad pueda triunfar.

Equipos como Monterrey, Atlas, Morelia, Jaguares y Chivas, que llevan 11 puntos menos que el líder Pumas y 9 menos que el sublíder Toluca, diferencia numérica que está acorde al nivel futbolístico, pueden alzarse con el título, pese a que nunca se acercaron a ser protagonistas en la fase regular.

Podemos ver el vaso medio lleno o medio vacío, a mí en lo personal me gustan algunas cosas y otras me molestan profundamente y mientras tanto se me hace imposible no criticarlo cada vez que nos acercamos a su cierre.

Quiero pensar que a Tigres ya podemos felicitarlo por su pase a la Liguilla, ya que sólo una catástrofe los dejaría fuera.

En el caso de los Rayados, si no encuentran en su futbol los medios para lograr su pase, que lo busque en su profesionalismo, actitud, amor propio o por su equipo porque de no ser así, no creo que Mohamed aguante un fracaso más.

 
 
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