Sigue el show de goles en la Liga MX y en esta jornada fueron los Tigres quienes no sólo aportaron cantidad, sino también mucha calidad.
El primer gol del partido, anotado por Dueñas, es el sueño de todos los futbolistas; el segundo, un golazo de Pizarro, quien luego de un arranque titubeante en Tigres se llenó de confianza, se adueñó de la posición y está cumpliendo con una excelsa labor en el medio campo.
El gol de Gignac fue la pincelada maestra que iluminó la obra de arte que resultó ser el primer tiempo, pintada por un equipo que finalmente mostró de lo que es capaz.
De ahí nace la exigencia, ésa es la capacidad de este plantel y así debe jugar la mayoría de sus partidos.
En el segundo tiempo se apegó al derecho, a la conveniencia de manejar el resultado y a cuidarse físicamente. No me gusta, pero no lo culpo.
Los únicos puntitos prietos en el arroz fueron el árbitro, que se acobardó y no señaló un claro penal contra Tigres, y Nahuel, quien tomó un buen baño de humildad.
Para ser tan malo con los pies, el portero felino debería evitar poner en riesgo el trabajo de sus compañeros, algo que hace casi en todos los partidos.
YA ES TIEMPO El equipo de Tony Mohamed fue mejor que el Veracruz en la primera mitad y pudo haber tenido un destino muy diferente.
Sin embargo, su ofensiva, que había sido muy efectiva, perdonó a su rival, mientras que su defensiva, que ha sido el punto débil del equipo, otra vez fue incapaz de evitar desatenciones y no logró mantener el cero en la portería de Jonathan Orozco, quien ha sido el único de los defensores que se ha salvado de las críticas.
Perdieron la cabeza en la cancha: a Cardona para el próximo partido, lo de Zavala no estoy seguro si es una pérdida. Perdieron el partido y también su posición en la tabla.
La intención de Mohamed era hacer del Monterrey un equipo ecuánime en su futbol, equilibrado en sus líneas y que de una jornada a otra ya no fuera intermitente.
Hasta ahora no ha logrado ninguno de sus objetivos y su intermitencia ya no tiene la paciencia de esperar una semana más, ya se nota en el mismo partido.
Sus líneas parecen no ser parte de un mismo equipo y el trabajo de táctica fija, especialidad del "Turco" y que tanto lo ayudó cuando dirigía a los Xolos, no lo hemos visto.
Hay que apresurarse, señores. Ya estamos prácticamente a la mitad del torneo, creo que es tiempo suficiente para que Monterrey alcance su máxima potencial, ¿o será ése?
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