Algún tiempo tras, se viralizó un conmovedor video en el que un pequeño sin sus extremidades corporales, lograba subir a la cima de una torre de juegos como la que cuidaba el Rey Bob en la caricatura "Recreo".

Para sorpresa de muchos, tras una larga y exhausta subida, el niño muy apenas contempló el panorama, para rápidamente descender por la resbaladilla. Son los niños y los viejos quienes entienden que lo más valioso está en la subida y no tanto en la punta.

Transitamos por la vida creyendo que nuestros problemas se resolverán al lograr el triunfo y resulta la contrario. Ésa jarra se vaciará rápidamente y exigirá llenarse con algo diferente, el triunfo dura poco, pero el camino es para siempre.

Resulta una pena, que el mejor año en la historia del Club de Futbol Monterrey no haya sido disfrutado por muchos de sus aficionados. De los 12 meses del 2019, unos siete se la pasaron corriendo a Diego Alonso, otros cuatro maquilando teorías de conspiración que justificaran la supremacía de Tigres en la década y sólo el último pudieron disfrutar.

Entiendo la parte de Diego Alonso, pero no la comparto. Si bien Rayados jugaba seguido por debajo de su potencial, el estilo deslucido del uruguayo arrojó dos Semifinales de Liga, una Concachampions y 60% de efectividad en todos sus partidos.

Saben a poco las Semifinales en su dos primeros torneos, pero les recuerdo que proyectos exitosos como el de Miguel Herrara en América o el de Ricardo Ferretti en los Tigres tampoco consiguieron el oro en los primeros certámenes.

Lo que no puedo entender, es como verdaderos rayados pudieron desperdiciar meses del mejor año de su vida futbolera en teorías de conspiración que lejos de ayudar, terminaron por fracturar a la familia rayada.

Buscaron desprestigiar a FEMSA de una manera cobarde y malagradecida, atacaron con tintes de campaña a José González Órnelas, quien ha sido uno de los principales arquitectos de la grandeza rayada en los últimos tiempos y por último, intentaron desacreditar a otros miembros de la directiva que más allá de que estemos o no de acuerdo con su trabajo, me consta que sólo buscan desempeñar sus funciones de la mejor manera.

Al ver la efusiva celebración de los jugadores rayados en el Estadio Azteca, fue inevitable preguntarme qué tanto están compartiendo el título con su afición y qué tanto les están celebrando en forma de "callamos bocas". Seguro que un poco de las dos.

El campeonato es de todos, pero no debería ser de todos. Para disfrutar un campeonato, no basta con un mes, mucho menos con el último partido.

Felicidades a los fieles aficionados al Club de Futbol Monterrey, que son la mayoría. Es una pena que, por culpa de las ratas del barco, se hayan pasado el mejor año de su historia peleándose entre ustedes.

 
Twitter: @AldoFariasGzz