Mañana regresa la actividad de la Liga que más se consume en México... después de la MX.
Si el comportamiento del coronavirus no dice otra cosa, mañana serán el Sevilla y el Betis los encargados de reanudar las futboleras acciones en los españoles lares.
Y después del duelo entre sevillanos, con 2 partidos el viernes, 4 el sábado (entre ellos el del Barcelona en Mallorca) y 3 el domingo (el Real Madrid en su cancha de Valdebebas como anfitrión del Eibar) será desahogada la Jornada 28 de un torneo que tiene como líder al Barsa con sus 58 puntos, seguido de la escuadra merengue con 56.
Como cada uno de los equipos jugará 2 partidos por semana, en 5 y media se desahogarán las 11 jornadas restantes, para concluir el torneo el 19 de julio... si el Covid-19 no opina lo contrario.
Mientras tanto, en México los preocupados dirigentes de nuestro futbol se empeñan en apresurar los tiempos para que los equipos regresen a las canchas antes de que termine el próximo mes.
Si supieron aprovechar la temible pandemia como inmejorable pretexto para cancelar un torneo que bien podrían haber reanudado en septiembre u octubre (cancelando el del segundo semestre y no el que ya llevaba 10 jornadas jugadas), ahora lo que pretenden es forzar los tiempos para volver a poner en marcha la oxidada maquinaria futbolera de hacer lana, para empezar a recuperar parte de lo mucho que se ha perdido... o dejado de ganarse.
Lo prioritario para ellos era renegociar y reajustar los diversos contratos con jugadores, técnicos, patrocinadores y televisoras, y para hacerlo no encontraron -porque ni siquiera lo buscaron mucho- mejor camino que desaparecer como por arte de magia el torneo que estaba jugándose, que llevaba cubierto el 60% de la Fase Regular.
Seguramente, además, el increíble "factor Mazatlán" les redujo el margen de maniobra y los orilló a hacer lo que hicieron, porque el colmo hubiera sido el de reanudar un torneo con uno de los participantes cambiado de nombre y de plaza, por no decir que tachado de un plumazo para hacerlo reencarnar en otro lado, convertido en otra cosa y en otro equipo.
Un flamante Mazatlán FC, por cierto, donde a manera de arranque no encontraron mejor fórmula -para conseguir el deseado impacto publicitario- que la de presumir el despojo con su "Arrebatando" como lema.
Y ahora, para colmo de males, después de contemplar con centavero cariño la posibilidad del "Repechaje" los geniales dirigentes optarán por reinstalarlo, para que en la Fase Final no sólo se metan a la pelea por el título los 8 primeros equipos, sino que puedan aspirar a esa lucha y a ese título los 10 "mejores" de la Tabla.
En aras de recuperar lo antes posible el dinero perdido, acentuar la promoción de la mediocridad, ya de por sí promovida y premiada con el tradicional y prevaleciente sistema de competencia.
Así, con la idea de atiborrar de partidos el regreso, confirman los dirigentes su preocupación por la salud (de sus bolsillos).
Cosas de los peculiares hombres de pantalón largo y su prisa por volver... a llenar las arcas.
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