Hoy será uno de esos días que se recordarán por siempre, será muy difícil olvidar esa sensación de incertidumbre, de tristeza y, al mismo tiempo, impotencia de no poder hacer nada, sin otra opción que esperar. Y es que hoy el Luis "Pirata" Fuente se encenderá de rojo, se escuchará a toda voz la porra de la afición que no se rinde, en la cancha Sebastián Jurado dando ánimos, los jugadores dándose una palmadita que indique que hay que seguir adelante a toda costa. Estaremos presenciando tal vez no un adiós, posiblemente un hasta luego. Pero lo que sí es un hecho jugar en tu cancha, con tu gente, sin saber tu destino será muy doloroso.

Los Tiburones Rojos que podrían jugar su último partido en casa por la posible desafiliación en diciembre, cerrarán el telón de un torneo decepcionante, lleno de polémicas y de mucha carencia, el 23 de noviembre en Guadalajara, pero hoy deben despedirse en su casa sin saber si volverán. La afición es la menos culpable y será la que más sufra, abrieron la puerta de su casa "El Pirata" y sólo les dejaron un manchón en la historia. Es que no es únicamente reflejo de malos manejos, sino de una Liga que no ha podido o no ha querido hacer las cosas bien.

 
 
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