Si un equipo no marca goles, puede hacer de su vida un papalote.
Puede jugar bonito, hacerlo hasta bien, poseer el balón más tiempo que al adversario, incluso llegar con más frecuencia a la puerta enemiga.
Pero como el que gana es el que más anota, no importa que el Liverpool haya tenido momentos en los que agobió al Barcelona, lapsos en que los catalanes jugaban al contragolpe, obligados porque no les prestaban el balón cuando casi han inventado la manera de poseerlo y acariciarlo.
Hace algunos años, Alex Ferguson dijo que el problema del futbol inglés consistía en que querían jugar todos los partidos con el mismo lenguaje: enfrentar al Reading el sábado y al Real Madrid el miércoles en la Champions necesitaba una interpretación diferente. El manejo inteligente de los tiempos y los espacios entre semana no tenían nada qué ver con el apasionado vértigo de la Premier League.
Conforme pasó el tiempo, los equipos de la isla vieron crecer sus chequeras, contrataron mejores jugadores, que les enseñaron a "hablar" el otro idioma, y los resultados han sido mejores cada vez. Sumar dos equipos ingleses en las Semifinales de este torneo y otros dos en las de Europa League además de ver a Liverpool finalista el año pasado, son un indicador preciso.
Pero a la hora de convertir su dominio en resultados que definan las rondas decisivas para volver a dar vueltas olímpicas, encuentran un problema: el adversario es mejor para hacerlo.
Quien juega mejor, más se acerca al triunfo sin duda alguna. Pero el factor más importante es la contundencia. Esa que dibujó un resultado insuperable de tres a cero ayer en el Camp Nou, cuando el desarrollo del partido daba para otras cosas menos dañinas para los ingleses. Por momentos tuvieron contra las cuerdas al gran favorito, pero éste es tan hábil y tiene jugadores tan capaces, empezando por Messi, que convirtieron en una noche sin insomnio lo que pudo ser una pesadilla. El primer finalista está decidido, a menos que suceda una de esas cosas que pasan a los récords Guiness.
El otro, por la juventud del Ajax y porque es mejor visitante que local, hay que ponerlo en el apartado de las dudas. Tottenham no debe ser descartado porque aunque no pasa por tan buen momento, sí tiene mejor equipo que el anfitrión.
En el torneo equivalente de nuestra zona, Rayados terminó siendo mejor que unos valientes Tigres que trataron de complicarle en todo momento, pero no tuvieron el mismo empaque ni la misma bendita puntería que el satisfecho campeón.
Correspondió el duelo a la expectativa entregando un partido atractivo en el que los porteros y los postes desempeñaron un papel en el guión.
Rayados alejó los fantasmas con calidad, convicción y buen futbol. Aprendió el lenguaje.
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