Sabido es que en la fiesta por el título la lógica suele ausentarse.
De los últimos ocho torneos -muestra que se considera suficiente- solamente dos veces avanzaron a las Semifinales los primeros cuatro clasificados de la Tabla. Y en una más de ellas, justamente el torneo pasado, sobrevivieron los primeros tres lugares los Cuartos de Final. El otro puesto lo tomó el quinto.
Nunca, en esos cuatro años, se coronó el líder general. Jugó cinco Finales -Pumas, Monterrey dos veces, Toluca y Cruz Azul-, pero perdió todas.
Partir de cero en las series finales ofrece la gran posibilidad de la sorpresa, así como la imposibilidad de saber por qué quien fue mejor en el torneo, no lo puede reivindicar en los partidos que determinan al campeón.
Todos los enfrentamientos son igual de importantes, aunque con diferente capacidad de abrir el apetito.
Es indudable que ver emparejamiento en Cuartos de la Final del torneo anterior entre Cruz Azul y América, reuniendo al mismo tiempo a los dos últimos campeones de Copa, merece un reconocimiento a la consistencia.
La historia dice que es muy difícil ser campeón en dos torneos cortos consecutivos, y mas aun cuando son los de diciembre y mayo: el descanso es poco, la ventana de traspasos corta y la exigencia, mucha.
Ni Cementeros ni Águilas llegan con la inercia del torneo pasado, pero están entre los aspirantes y uno de ellos será semifinalista.
El duelo puede ser tan cerrado como los últimos enfrentamientos entre ambos: ha imperado el equilibrio, la capacidad de neutralizar al adversario y han faltado varias veces los goles.
Siendo el más parejo según las posiciones en la Tabla y por los antecedentes más próximos, dejará huella. Es el duelo más jugado en la historia de las Liguillas.
La diferencia de unidades es mayor en los demás enfrentamientos. El líder León, con nueva marca de puntos en torneo de estas características, enfrenta al menos poderoso Xolos que se metió robando las bases en las últimas semanas.
Tigres no debería tener problemas para merendarse al Pachuca, a menos que tenga un "flash back" a las Finales perdidas en casa ante los Tuzos -les viene bien la Sultana- en 2001 y 2003.
Monterrey y Necaxa, nunca enfrentados antes en una Liguilla, también ofrecen diferencia a favor de los blanquiazules, que han sido mejores, fueron recargados anímicamente con el título de Concacaf y soltaron ya sus demonios.
Otro clásico regio en Semifinales es factible si ganan los primeros tres de la tabla sus duelos en Cuartos de Final.
Pero si le hacemos caso a los antecedentes ya citados de los últimos cuatro años, eso podría no suceder: de algún lado saltará por lo menos una liebre.
Lo interesante y amenazador es saber de dónde y contra quién.
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