Creo que, luego de tantas columnas que he escrito aquí en CANCHA, en mis análisis dejé en claro la poca atención que le doy a los resultados y la gran importancia que le pongo a las formas de jugar.

Al final de cuentas son las formas las que llevan a un equipo a obtener los grandes resultados y consecuentemente las metas trazadas.

Pero la actual realidad de nuestra Selección, con apenas un partido ganado de los últimos 10 jugados, arrastrará a Miguel Herrera a pensar en el resultado, ya que su silla empieza a sentirse demasiado caliente.

Si logra obtener los números, independientemente de la forma de jugar, "El Piojo" tendrá por lo pronto un aliado, pero la real solución seguiría en el tintero.

Me cuesta trabajo aceptar que dentro de la zona de Concacaf estemos sufriendo para ganar, como sea, a rivales con escasos argumentos.

Me preocupa lo deformado que nos vemos al correr sobre el terreno de juego, faltos de ideas, buscando la victoria sin el convencimiento y la seguridad que otorga un trabajo ordenado.

He visto como se ha priorizado el resultado a como sea frente a Selecciones de bajo calibre, como síntoma inequívoco de que los principios de grandeza están totalmente distorsionados en esta Selección.

Hoy México saltará a la cancha del MetLife Stadium cargando el peso de tener que ser el equipo grande que no ha sido, arrastrando una gran bolsa de dudas dejadas en la Fase de Grupos y sólo con la esperanza de que, por tratarse de un encuentro eliminatorio, los jugadores, principalmente los que militan en Europa, eleven su nivel individual y aporten algo más para que se mejore el juego colectivo.

Miguel ha buscado encontrar el funcionamiento moviendo el esquema, pero no tanto a sus piezas.

No era su característica, pero últimamente "El Piojo" ha respetado demasiado las jerarquías.

Si Héctor Herrera no camina intenta con otro, si Vela se la pasa en el piso, cámbialo o si hay quienes se están cuidando demasiado las patitas o no tienen hambre sácalos de la cancha.

Si el futbol dependiente de las individualidades no ha funcionado, mejor regresemos a lo nuestro que siempre ha sido el juego en conjunto.

Así hemos enfrentado y acortado distancias con las a grandes Selecciones del mundo. Cuando somos solidarios en la recuperación de la pelota, celosos al obtenerla y respetuosos del orden táctico, nos hemos visto infinitamente mejores que ahora que creemos ser lo que no somos y tener lo que no tenemos, porque no hay cracks en el Tri.

Espero que hoy México salte a la cancha con el respeto que todo adversario merece, pero que respete sobre todo su identidad futbolística, que es el orden colectivo.

Regresemos a las bases, sin forma los resultados tienen vida corta.

 
 
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