En los últimos 13 torneos, la Ciudad Monterrey albergó seis Finales de Liga, el Distrito Federal también tuvo seis, Torreón cuatro, Toluca dos, León dos y Tijuana, Querétaro, Morelia y Pachuca, una cada uno.
Cualquier indicador avisa que nuestra Ciudad tiene todo para que Tigres, junto al Monterrey, dominen el futbol mexicano.
De hecho, la estrategia para que estas dos marcas se transformen en producto nacional ya está en marcha, aunque de sobra se sabe que para alcanzar ese codiciado nicho hay que arrebatarle buena parte del pastel al América y a las Chivas.
Siempre se ha dicho que esto se logra con títulos, pero por desgracia, ni el Necaxa en los 90, ni los del Pachuca o Toluca en este milenio cumplieron con la hipótesis.
Las Chivas sólo han ganado tres Ligas en los últimos 45 años y siguen siendo la marca deportiva más importante del País.
Todo esto se debe -con excepción del América- a que nadie se ha propuesto a desbancarlas.
Advierto, la marca Chivas está más vulnerable que nunca, porque con la apertura de los no nacidos en México, la política sentimental de presentar un buen producto a la par de los grandes, pero con jugadores netamente nacionales, se convirtió en desventaja.
En los últimos 20 años, el futbol pasó a ser una industria de contenidos audiovisuales que no sólo llegan a quienes asisten a un estadio, sino a cualquier individuo que posea un televisor digital o dispositivo móvil en el país o en el mundo.
El reto consiste en ofrecer algo que los clientes necesitan mucho antes que ellos se den cuenta por sí mismos. Con esa visión, Henry Ford diseño el Ford T y Steve Jobs el IPhone.
Sobran los ejemplos como el de Uber que, en menos de cinco años, está pulverizando la tradicional industria del transporte en buena parte del planeta.
Cuando todo mundo decía: "esto es futbol, un juego de 11 contra 11", apareció en el año 2000 Florentino Pérez con su Real Madrid de los "Galácticos" ofreciendo -como hemos apuntado- algo que los aficionados necesitaban mucho antes que ellos se dieran cuenta por sí mismos.
Tres años después, el ruso Román Abramóvich copió la formula e hizo del Chelsea una marca elite; luego le siguieron otros como el Manchester City y el PSG.
En contra parte, los equipos italianos no se percataron del nuevo rumbo de la industria y, paulatinamente, se fueron alejando de las preferencias mundiales.
Si regresamos a nuestro "micro mercado", la contratación de Gignac va en esa dirección.
Sin embargo, ahora se presenta una gran disyuntiva: ¿con un solo Gignac le bastará a Tigres o a la Liga MX?
PD. "Mucha gente no está preparada para un entorno donde la excelencia es lo que se espera". Steve Jobs.
Lo escrito, escrito está.
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