Con un arranque perfecto, los Rayados reviven la ilusión de los años de gloria. Tres juegos jugados, tres victorias, cinco goles anotados, apenas uno recibido, dos tantos de Funes Mori y otros tres del indescifrable volante poseedor del don de la ubicuidad, Carlos Sánchez.

Semejantes a la icónica imagen de Los Beatles cruzando Abbey Road, los halagos se centran en sus cuatro extranjeros en ataque. No hay duda, el Monterrey posee una de las dos mejores delanteras de la Liga, pero donde realmente ha mejorado, y con creces, es en la defensa.

El Atlas sólo le remató con dirección a su marco en cuatro ocasiones, el Puebla en dos y los Pumas sólo una vez. A manera de referencia, en los primeros tres partidos del torneo pasado (Pumas, Atlas y Pachuca), estos mismos Rayados permitieron siete goles, pero aquí es cuando nace la primera incógnita: ¿la mejora es gracias al trabajo del entrenador? o ¿esto se está dando por la llegada de Carlos Sánchez?

En el libro "El futbol es así" (Soccernomics), Kuper y Szymanski indican que el impacto del entrenador sobre los resultados es entre un 11 por ciento y, como mucho, el 19 por ciento, remarcando que la mayor parte depende de los jugadores y, específicamente, de cuánto dinero se ha gastado en ellos.

De tal forma, la medición para confirmar si hay o no un avance con la incorporación del uruguayo Carlos Sánchez está por venir. Porque si volvemos a revisar los sucesos del Apertura 2015, después de ganar los nueve puntos de la jornada 3 a la 5, los Rayados sólo ganaron tres juegos más en los últimos 13 encuentros.

Del otro lado de la ciudad, adobado con errores y grandes jugadas, el equipo de Ferretti dejó dos puntos que, hasta el minuto 71, tenían en sus manos en el Omnilife.

Sin Gignac, Tigres fue peligroso, pero a la vez se confirmó que, cuando los aprietan con intensidad, los del fondo caen en equivocaciones, fallos y hasta disparates. De los 362 intentos de pase, casi el 20 por ciento fueron fallados, cuando en Toluca sólo erraron un 15 por ciento y frente a Morelia el 10 por ciento.

Si el futbol es impulsado por ideas, los dos equipos de casa ya mostraron las propias. Mohamed quiere la pelota para lanzársela a los tres de arriba, mientras que Ferretti la usa para atacar en bloque. El trazo largo vs. la posesión. Tigres se organiza desde la pelota, sin renunciar a ella intencionadamente. El Monterrey procura una frecuencia alta de ataques, con posesiones muy cortas. Uno pone el balón en el aire, el otro en el pasto. Pero al final ganará quien ejecute mejor. ¿No cree usted?

PD. "El futbol es un misterio y no hay nada más misterioso en él que el papel del entrenador". John Carlin.

Lo escrito, escrito está.

 
Twitter: @castillejos_m
 
castillejos@elnorte.com