En cualquiera de los sentidos, un equipo de futbol jamás se gesta para competir con perfil bajo.
Y aunque los dirigentes de Rayados siempre avisan que su objetivo es terminar entre los primeros cuatro de la clasificación general, cada vez que escucho su reducido propósito, yo me pregunto: ¿por qué renuncian desde la misma conceptualización a instalarse permanentemente por arriba de todos?
¿Por qué el Monterrey no aspira en la cancha, lo que ya logró con su majestuoso estadio? ¿Por qué sólo ser iguales a otros tres equipos? Por desgracia, en los últimos 10 torneos, la condición que con bombo y platillo anhelan, sólo una aislada vez la lograron.
Alrededor de los grises resultados, el aficionado busca con mucha ansiedad y poca paciencia respuestas, acciones, despidos, contrataciones. La dirigencia Rayada jamás debe pasar por alto que el futbol consuela a todos aquellos que están rotos por la vida. De esta compleja realidad, pocos escapan.
Hace algunos días, en las redes sociales, un barrista tatuado por los colores selló su publicación con el siguiente sentimiento: "los muchachos de la vieja guardia vivimos y soñamos con un Monterrey maravilloso, un equipo a la altura de su afición, ésa de la que somos parte tú y yo". Y rubricó: "Atado a tu Destino".
El fenómeno de nuestro futbol se fundamenta en un hecho insólito: el aficionado regiomontano -Tigre o Rayado- pronuncia el "nosotros" más que el "yo".
Como dijo Luis Villoro: "¿qué sería de ellos sin el beneficio de tener rivales?
Hasta donde me alcanza la razón, siempre he intentado criticar con lucidez el presente del futbol mexicano y, específicamente el de los dos clubes de mi ciudad, agregando mi visión a futuro. Imposible conceptualizar un cambio sin antes imaginarlo.
En el caso del Club de Futbol Monterrey, el primer paso para revertir la tendencia ya tiene nombre y apellido: Duilio Davino.
¿Por qué en los últimos 12 años el Monterrey no había contratado a un sólo ejecutivo para reforzar la planeación del equipo?
No sé, pero la tarea de Duilio no será fácil. La base mexicana de Aldo, Pérez, Osorio, Juárez, Zavala, Mier, Montes, Castillo y Barrera, junto a los naturalizados Ayoví, Basanta y Neri Cardozo, está compuesta por nueve jugadores que hace tiempo abandonaron la cresta de su carrera y, cinco de éstos, difícilmente la van a volver alcanzar por su edad.
Mientras el Monterrey no reconstruya esta base, misma que sólo puede ser remplazada por canteranos o elementos con pasaporte mexicano de otros 17 clubes, el equipo estará a expensas de la eventualidad. ¿No cree usted?
En tanto, aquí estaremos los soñadores, los ingenuos, los que aún creemos en la fuerza de las palabras.
PD. "Atados a nuestro destino".
Lo escrito, escrito está.
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