En un partido donde el Real Salt Lake fue más favorecido por las imprecisiones de los Tigres que por los propios aciertos, el equipo de Ferretti, simple y sencillamente se distanció del buen futbol.
La falla de la pena máxima por parte de Gignac al minuto 44, aparte de alterar los nervios para los de casa, también nos confirmó que la mejor condición del francés no está en el manchón de penalti.
Sin el toque se descomponen los posibles planes. Y ese fue el común denominador, porque no hubo largas posesiones, no aparecieron los circuitos, los rondos, el equipo fue más largo de lo acostumbrado entre sus líneas y la pelota estuvo más tiempo en el aire que en el pasto.
Rivas y Torres Nilo se ganaron amarillas, revelando que los "gringos" también fueron peligrosos en la portería de Nahuel con por lo menos tres claras oportunidades de gol.
La necesidad de conseguir una ventaja razonable para darle rotación al plantel de cara al Clásico Regiomontano, se redujo a los 45 minutos del complemento. Y en ese momento, ni los aficionados Tigres que les gusta el futbol, ni a los que sólo les gusta ganar, estaban contentos.
Para la segunda parte, ambos volvieron a tener oportunidades. Gignac siguió insistente, participativo, pero con errático tino. Damián también tuvo dos, hasta que a balón parado, la "Palmera" Rivas abrió el marcador.
De ahí en adelante, el 2-0 era cuestión de tiempo y la "Palmera" volvió aparecer, ahora habilitando a Damm.
Lejos de dar un buen juego, creo que los dos goles de ventaja serán suficientes, sólo si allá viajan los mejores. ¿No cree usted?
Del otro lado de la ciudad, ante un Pachuca que demeritó el partido alineando suplentes, los Rayados dejaron la creatividad en el vestidor.
El primer gol de los Tuzos se dio con un penal inexistente, aunque a base de contragolpes ellos ya habían avisado que podían marcar.
Mohamed juntó al tridente inspirador hasta el minuto 60, cuando Funes Mori relevó a De Nigris y los Rayados necesitaban de dos goles para mantenerse vivos en la Copa.
A partir de ese momento, Pachuca confundió el echar a todos atrás con el defenderse bien. En esas condiciones, de ingenuo penal, llegó el empate.
Pero cuando todos pensábamos que esto iba terminar así, a la visita se le ocurrió atacar con tal tino que dejó muerto, bien muerto a los de casa.
Con suplentes o titulares, los Rayados quedaron fuera de la Copa MX, porque en el mismísimo BBVA, perdieron con San Luis, empataron con Celaya y, volvieron a perder con un Pachuca plasmado de reservas. Ya son dos torneos de Copa al hilo que no pasan de la fase de grupos.
PD. El que hace poco ruido siempre es peligroso.
Lo escrito, escrito está.
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