¡Son nuestros invitados! ¿qué sería de nosotros sin el beneficio de tener rivales?".
Luis Villoro En menos de siete días el equipo de Ferretti se reencontró con dos victorias y su contraparte, el Monterrey, con dos derrotas.
Bastaron 90 minutos en la Capital del País para que los Rayados dejaran de ser la mejor defensa de la liga y pasaron a ocupar la octava posición, además de abandonar la casilla de más goles a favor y trasladarse a la cuarta.
El futbol nos avisó que esto podía pasar, cuando en la Copa MX sólo rescataron un punto de nueve en casa y Mohamed, lejos de evaluar la realidad deportiva de su equipo, se avocó a levantar una cortina de humo, demeritando con calificativos como "fastidio" la estructura del torneo donde penosamente fue superado, frente a rivales significativamente inferiores.
Del otro lado de la Ciudad, al equipo del "Tuca" le bastó apegarse a sus conceptos colectivos y pulir la ejecución de los mismos para así revertir los tropiezos que vivieron frente a Tijuana y Querétaro.
Aunque paradójicamente, de estos últimos cuatro partidos sólo contra el Real Salt Lake jugaron muy mal.
A lo largo de las pasadas 105 confrontaciones entre Tigres y Monterrey jamás se habían visto tantas figuras juntas en ambos bandos: "Jona" y Nahuel, Pizarro y Gargano, Cardona y Sobis, Pabon y Aquino o Damm, Gignac y Funes Mori, Sánchez y Dueñas, pero con el respeto que me merece el resto, la zaga completa de los Tigres supera en momento y trayectoria a la de Rayados.
Sin embargo, por más que recabemos evidencia, indicios, pistas o huellas para determinar cuál de los dos ganará el partido el próximo sábado, la sabia historia del Clásico Regio sólo nos revela una verdad absoluta: en esta confrontación no hay favorito.
Los Tigres son una línea de producción con la pelota en los pies, donde en cada uno de sus lances participan todos en la elaboración del producto final.
Los Rayados, en cambio, intentan desde lo simple crear una atmósfera inspiracional para sus artistas, donde lo planeado apenas es lo mínimo.
De tal forma, unos hacen planos, mientras otros intentan pintar cuadros. Dos equipos muy diferentes, dos ideas, dos estilos y dos filosofías primordialmente opuestas que, para fines prácticos, describen a la perfección lo que todos en esta ciudad somos.
Por desgracia, la rivalidad entre las aficiones de nuestros dos clubes se ha tornado peligrosa.
¿En qué momento nos perdimos? Busquemos soluciones, no medidas represivas. Pero si ya tienen detectado a los rijosos, ¿por qué van a entrar ellos y no quien sólo trae puesta la camisa rival? Aún somos muchos más los sanos que los enfermos.
PD: "Cuando el fanatismo gangrena el cerebro, la enfermedad es casi incurable". Voltaire.
Lo escrito, escrito está.
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