Reducidos los espacios para jugar, mucha velocidad, mucha intensidad, muchos roces, gran demostración de fuerza física, así fue el arranque de la Copa América Centenario, hubo mucho de todo y nada de futbol.
Apenas tres goles en cuatro partidos hablan por si solo de que el nivel no es el que se esperaba.
Los brasileños, con algunas ausencias, se vieron obligados a basar su futbol en la colectividad, ya que su fábrica de cracks dejó desde hace unos cuantos años de producir aquellas joyas que realmente hacían la diferencia en la cancha.
Su camiseta sigue teniendo su peso, pero con eso no será suficiente, requiere de goles y no tiene quienes los metan.
Frente a Ecuador volvieron a mostrar su falta de punch, trabajaron bien la pelota hasta las mediaciones del área rival, pero ahí acusaban una dolencia que arrastra desde el Mundial pasado, al no tener definidores. Creo que los brasileños sufrirán otra decepción.
Lionel Messi, muy al estilo del Rey Pelé, declaró de una forma muy política que Estados Unidos y México son los fuertes candidatos al título de esta edición especial de la Copa América.
Creo que el mejor futbolista del mundo merece una tacha. Si eso es lo que realmente pensaba, no creo que seguirá haciéndolo luego de ver el paupérrimo futbol presentado por los de las barras y las estrellas frente a Colombia.
Lo de México tiene más sentido, nuestra Selección ha logrado dos Finales en Copa América, cuenta con jugadores de calidad y en esta ocasión será mas local que los mismísimos anfitriones.
Para mi esta Copa deberá ser una prueba fidedigna de que tan bueno, eficiente y confiable es el trabajo del técnico nacional, Juan Carlos Osorio.
Para mi gusto, los equipos a vencer son Chile y Argentina, mientras veo a Colombia, Uruguay, Ecuador, que está haciendo una gran eliminatoria mundialista, pero que me decepcionó ayer frente a Brasil, y México tienen argumentos para llegar a la Final.
Hoy el Tri saltará a la cancha para demostrar de que está hecho. Su adversario, el líder de las eliminatorias mundialistas sudamericana, es de cuidado aunque no esté Luis Suárez.
Habrá quienes verán este encuentro frente a los uruguayos con la pasión y confianza de un guerrero azteca, otros, con un toque de desconfianza y negativismo, de esos que siempre ven el jardín del vecino más verde que el suyo.
Yo lo veo como una oportunidad para medir la realidad de nuestro alcance en esta Copa, con el equipo completo, un gran adversario y tres puntos en disputa.
Mañana espero que lo declarado por Lionel Messi no sea recordado solamente como un acto político, que sea comprobado en el terreno de juego por nuestros jugadores.
¡Vamos, México!
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