Sin ambición, pasivos y excedidos en confianza.
Normalmente los equipos llamados grandes hacen ver fácil un partido frente a un rival débil, lo dominan, anotan goles y hacen que el marcador refleje la gran diferencia que hay dentro y fuera de la cancha, en los 90 minutos y en las nóminas.
A veces las cosas no les salen como estaban planeadas, pero su capacidad colectiva e individual se apega a la actitud, el coraje, la entrega, la insistencia y sobre todo la obligación y sacan adelante la chamba.
La coincidencia en esos equipos es que para ellos todos los partidos se tienen que ganar, lo afrontan como si estuvieran jugando una Final, para ellos parece ser que no hay diferencia enfrentarse al Málaga, al Getafe o al Bayern Munich.
Ayer el Monterrey dejó mucho que desear, principalmente al creer que su nómina, plantel, camiseta y el hecho de haber logrado distinción por el gran torneo que dieron le bastaría para quedarse con los tres puntos, grave error.
No afrontaron ese compromiso como una Final, no mostraron la obligación, hasta después del gol del empate, que debe mostrar un equipo infinitamente superior a su rival en todos los sentidos.
Asombrosa la pasividad con que los Rayados saltaron a la cancha frente a un Puebla que lo que único que tenía en sus manos era luchar con sus pocas armas.
Tristemente el Estadio BBVA Bancomer dio la bienvenida al Torneo Apertura 2016 con un amargo sabor de boca y dividido entre abucheos merecidos y aplausos que nunca entendí el porqué.
No critico el futbol colectivo poco atractivo que mostraron y tampoco las fallas técnicas, sabemos lo que son las primeras jornadas, con pocos partidos de preparación, entre otras cosas.
Lo que sí es criticable fue verlos satisfechos con un mísero y siempre peligroso gol que al final les pasó la factura.
Para un equipo que quiere ganar todo no existen adversarios débiles, partidos fáciles y deben sentirse siempre obligados, presionados y conscientes de que la mínima ventaja jamás será suficiente.
Ayer tuvieron una clase que les costó 2 puntos, espero que hayan aprendido la lección.
P.D. Admiro el futbol de Edwin Cardona, pero lo que hizo no tiene perdón, merece una fuerte sanción.
TIGRES SIN GIGNAC, PERO ¿CON GOLES?
Luego atestiguar lo sucedido en el torneo pasado eso podría parecer un sueño, pero con la llegada de algunos refuerzos hoy ese sueño podría convertirse en realidad.
Santos y en Torreón, ahí será la primera prueba de que en este multimillonario plantel ningún jugador es indispensable, como dijo "Tuca" Ferretti.
A ver si es cierto.
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