La jornada de hoy, con la que se pone en marcha el segundo cuarto de la campaña regular para la mayoría de los equipos, está marcada por dos enfrentamientos cargados de historia cuyos resultados seguramente tendrán implicaciones para los protagonistas en su lucha por trascender.
Al mediodía, los Cuervos visitan Heinz Field para enfrentar a los Acereros. Aunque esta rivalidad es relativamente joven, es también una de las más intensas de la Liga en tiempos recientes. Entre otras cosas, cada vez que Pittsburgh y Baltimore se ven las caras, el nivel de intensidad aumenta de forma considerable, y quienes saltan al terreno de juego saben que después de tres horas de batalla, terminarán más desgastados que de costumbre.
Antes de caer ante Kansas City y Cleveland, la escuadra que dirige John Harbaugh parecía ser la más sólida de la Conferencia detrás de Patriotas y Jefes. Sin embargo, sobre todo después de haber sido superados claramente por los Browns, han surgido muchas dudas sobre el verdadero nivel de los Cuervos. En contraste, el primer triunfo de la campaña ante Cincinnati le ha devuelto la confianza y el optimismo a un equipo que ha tenido que lidiar con la pérdida de sus cuatro mejores jugadores ofensivos en los últimos meses. En medio de la adversidad, Pittsburgh mostró tener disposición y actitud, y tomando en cuenta que otra victoria los podría llevar a la cima de la división, no se puede descartar que le compliquen las cosas a su archirrival.
Por la tarde, en un clásico que no necesita presentación, los Vaqueros buscarán que Green Bay pague los platos rotos tras haber perdido el invicto contra Nueva Orleans. Los Empacadores llegarán con algunos días adicionales de descanso tras haber jugado el jueves anterior, pero con la preocupación de saber que su defensa es terriblemente endeble contra el ataque terrestre. Si Vikingos, Broncos y Águilas fueron capaces de moverles el balón por tierra a placer, no veo cómo vayan a evitar que Elliot, Prescott y compañía sigan esa misma estrategia para controlar el reloj y mantener a Aaron Rodgers fuera del terreno de juego. Los equipos grandes se distinguen del resto por su capacidad de sobreponerse a circunstancias de apremio, y hoy justamente sabremos cuál de estas dos organizaciones gestiona mejor su primer descalabro de la campaña para volver a la senda del triunfo. Y pensando en que ambas tienen argumentos para pelear por un sitio en playoffs, no sería raro que el desenlace de este partido pudiera marcar la ruta para estos dos equipos en su camino rumbo a la postemporada.
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