En las estadísticas no se contabilizan los minutos de reposición, tal como en la Liguilla no cuentan los goles para el título de goleo. Sin embargo, ambos son determinantes para darle rumbo a un partido y para establecer al máximo goleador, que en varias ocasiones cambiaría de manos tras la etapa final.

Ese tiempo agregado es tan importante como subjetivo y tan angustiante como corto, pero tan asfixiante como largo.

En el tiempo de reposición los arqueros se suben a rematar en los tiros de esquina, los equipos que se encuentran arriba en el marcador hacen su tercer cambio y una parte del público asistente abandona su lugar... en el tiempo de reposición caen los goles que mas se celebran, pero también los que más duelen.

Veracruz llegaba con 37 partidos sin ganar al cierre de la J 12 del Apertura 2019. Recibió a Toluca, que aparentemente venía al alza tras derrotar 3-1 a San Luis. A lo largo del partido Veracruz fue mejor, bastante mejor, pero sin anotar. Hasta que sobre el minuto 70 llega una jugada dudosa que revisa el arbitro Santander. Determina que Hernández pateó a Chávez en la cara, dentro del área, y se decreta penal. Bryan Carrasco cobra, Talavera rechaza y el mismo Carrasco logra rematar para poner el 1-0. A partir de ahí se generó una gran ilusión y una esperanza que se ha reavivado y se ha frustrado cada partido del Veracruz, desde el 25 de agosto del 2018, cuando vencieron a Xolos 1-0 para obtener su más reciente victoria.

Llegó el minuto 90 y a Veracruz se le penalizó todo ese tiempo consumido en falsas lesiones y reanudaciones tardías, con 6 minutos extras. La tensión creció junto a la emoción de ver muy cerca la victoria, hasta que al filo del minuto 95, el novato Kevin Castañeda, de Toluca, realizó un disparo impensado que se metió a la portería de Jurado, pegado al poste, sin que el arquero pudiera reaccionar.

Esa misma Jornada 12, tras el triunfo del América sobre Chivas 4-1, Miguel Herrera se quejó, con justa razón, debido a que el árbitro Fernando Guerrero no agregó ni un solo minuto, apegado a la regla no escrita que indica: "un partido decidido no amerita prolongarse más allá de los 90 minutos". Y es que América competía contra nueve y tenía la posibilidad de ganar por un marcador aun más holgado a su acérrimo rival, algo que no sucede muy a menudo.

Si calculamos el tiempo agregado de cada partido, en un promedio de 5 minutos, como mínimamente sucede, tendríamos que al final de las 18 jornadas de Liga, cada equipo disputó 90 minutos más, es decir, un partido extra. Mismo que no se contabiliza y tiempo donde suceden muchas acciones determinantes dentro de un partido... desde la posibilidad de perder una ventaja que rompa una racha de 38 partidos sin ganar, hasta la anotación que humille más al rival dentro de un Super Clásico.

 
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