La combinación entre regios y capitalinos, especialmente el América, se ha convertido en el mejor platillo que hoy puede ofrecer la Liga MX y este sábado se llevara a cabo una edición más de la rivalidad de la década, el Clásico Moderno del futbol mexicano para muchos jóvenes.
Como en toda semana de Clásico, se calentaron los ánimos a través de las declaraciones. Los primeros bombazos salieron desde Coapa y aterrizaron en San Nicolas de los Garza, Nuevo León. Guillermo Ochoa como buen referente americanista dejó clara la postura que mientras Tigres y Rayados no acumulen mayor kilometraje histórico, no podrán sentarse a comer en la misma mesa que los todavía llamados cuatro grandes de México.
Paco Memo tiene más que un punto, de hecho, tal vez tenga la razón. Si los dos equipos regiomontanos no logran extender su protagonismo al menos por la siguiente década, difícilmente podrán concretar sus planes de grandeza y pasaran a la historia como lo hicieron Pachuca y Toluca en los dos miles o el Necaxa en los 90s.
Para ser grande, ya no basta con figurar en una década. La fragmentación de los medios y las audiencias que comenzó con la televisión de cable y exploto con el internet ya no permite que un medio pueda posesionar tan fácil una marca, como se hizo hace muchos años con América, Chivas, Pumas y Cruz Azul.
Si cualquiera de los cuatro grandes queda eliminado prematuramente del torneo, hay una maquinaria de periodismo que por tradición se encarga de mantenerlos vigentes hasta en semanas de Finales; cualquier refuerzo pitero o rumor basta para mantenerlos en el mapa.
Caso contrario a los equipos del norte, que no tienen margen de error. Para que hablen de ellos a nivel nación durante todo el torneo, no tienen de otra más que jugar todos los partidos del semestre disponibles hasta la Final.
Me queda claro que si América y Tigres continúan enfrentándose constantemente en fases importantes no habrá fuerza que pueda detener la creación de un nuevo Clásico, pero si desaparecen como rivales de la principal vitrina, no habrá hocico que sostener esta rivalidad.
Por la edad de sus jugadores y un predecible descenso tras los mejores años de su historia, son los Tigres el equipo emergente que corre mayor riesgo de quedarse truncado en el camino.
La veteranía en André-Pierre Gignac cada día es más notable y sabemos que Ricardo Ferretti vive sus últimos años como entrenador de los felinos.
Esto quiere decir que en los próximos torneos, Miguel Ángel Garza y compañía tendrán la difícil tarea de suplir al mejor entrenador y jugador en la historia del club.
Esta será la prueba que defina la grandeza del Tigre.
Twitter: @AldoFariasGzz |