La NFL es la Liga deportiva profesional más exitosa del mundo. Y habría que reconocer que para conseguir ese status, sus dueños y dirigentes han tomado, durante años, muchas decisiones de negocios acertadas. Sin embargo, creo que lo que ha sucedido en las últimas horas podría comprometer seriamente la credibilidad de la Liga de cara al futuro.
El pasado fin de semana, los jugadores aprobaron un nuevo contrato colectivo de trabajo, que, en condiciones normales, debiera garantizar paz laboral y estabilidad hasta el 2030. Sin embargo, una votación tan cerrada, suele polarizar las opiniones y enrarecer el ambiente. Basta con señalar que si 31 jugadores del total de 1978 hubieran votado diferente (el 1.5%), el convenio anterior se habría mantenido vigente.
La primera consecuencia de este división de opiniones, ha sido la decisión de no posponer el inicio del "nuevo año" de la NFL, en medio de una crisis mundial a causa del coronavirus. Aparentemente, los dueños eran partidarios de suspender las operaciones provisionalmente, pero los jugadores, por medio de su representante, negaron su aval para tomar una determinación coordinada al respecto, condición necesaria para cambiar el calendario de acuerdo al nuevo contrato colectivo de trabajo.
Lo cierto es que más allá de quién o quiénes sean responsables, la NFL manda un mensaje terrible. Mientras todas las Ligas y giras profesionales en Estados Unidos han detenido su actividad, los jugadores y los dueños intercambian propuestas y firman contratos multimillonarios.
Mientras miles de ciudadanos en todo el mundo han tenido que modificar radicalmente sus rutinas diarias uniéndose a lucha para contener la propagación de un virus, un pequeño grupo de billonarios egoístas se mofa de la situación y hace hasta lo imposible para cuidar su negocio y evitar pérdidas económicas.
Aunque dudo mucho que lo hagan, creo que Roger Goodell, DeMaurice Smith, los dueños y los jugadores, todavía están a tiempo de rectificar y anunciar que en las próximas horas que bajarán la cortina.
Por lo pronto, la NFL parece estar pensando solo en el corto plazo y apostando a la falta de memoria de sus aficionados. Suponen, que una vez que se supere esta crisis, nadie recordará que fueron los únicos que mostraron una increíble falta de sensibilidad y empatía.
Al menos yo, desde mi trinchera, no dejaré de recordárselos.
Y algo me dice, que no estaré solo.
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