Lo que debió ser un corte de caja de acuerdo al nivel de juego de los seleccionados y necesidades tácticas de Martino, terminó por ser una extraña reducción de plantilla por temas de lesión. Fue más una limpia obligada.
La lista del "Tata" se redujo en automático sin respetar requerimientos ni jerarquías ni momentos de los futbolistas.
Marco Fabián no pudo ni calzarse los zapatos. Llegó a la concentración en Atlanta con pocos minutos de actividad en los últimos meses, con más dolencias que partidos jugados recientemente y con más preocupación por su estado de salud que posibilidades de quedarse para Copa Oro.
Aunque el problema que lo dejó fuera de la lista fue una lesión en el tobillo, la realidad es que Fabián sigue sufriendo con la espalda. No está cómodo y no ha logrado librar esa dura batalla. Desesperado está. Y también preocupado.
Una pena lo sucedido a José Iván Rodríguez. No pudo realizar una sola práctica al parejo del equipo. La misma lesión que lo aniquiló un par de duelos en la Liguilla, volvió a perseguirle en su primer llamado a Selección Mexicana. El tobillo no ha sanado y haber jugado infiltrado la Final ante Tigres le ha cobrado factura. Martino verdaderamente deseaba observarlo.
El cuerpo médico tendrá que valorar a Edson Álvarez y esperar una evolución satisfactoria que le permita quedarse para la Copa Oro. "Tata" lo necesita en su esquema sí o sí. Para él, es su medio centro titular. Edson será inamovible durante el proceso. Ya verán.
Con Uriel Antuna, Martino fue claro. El atacante entendió que todavía no es momento para asegurar un puesto y, aunque fue el primero en salir del vestuario para dirigirse al autobús, cabizbajo y adusto, reconoció que fue un gran paso tener minutos en el amistoso.
Antuna tiene la ventaja que en el Galaxy ha sido utilizado hasta en cinco posiciones, situación que al técnico le resuelve ciertas problemáticas en la ofensiva. Un comodín nunca está de más. En la MLS a Uriel se le ha visto como extremo por ambos sectores, como único nueve y como nueve y medio acompañando a Zlatan.
A destacar que México tuvo capacidad de reacción y que tras el gol recibido de manera sorpresiva, nunca perdió la forma. Comienzan a verse conceptos claros.
Mención especial para Carlos Rodríguez que juega de Héctor Herrera como interior por derecha. Lo hace con un desparpajo brutal y con una confianza como si tuviera 100 llamados con el combinado mexicano.
Tres triunfos consecutivos para Martino. Tres goles a Chile, cuatro a Paraguay y tres a Venezuela. Pero mantengamos la calma. Comienzo a escuchar por doquier "éste es el bueno". Recordemos que en arranques de procesos, solemos ser campeones del mundo y luego ante la primera crisis de resultados, los peores del planeta.
Tranquilos todos, por favor.
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