La temporada se hace vieja y con ella empieza a tomar forma la Liguilla, una Liguilla poco común, con equipos que tenían tiempo sin estar ahí y otros que comienzan a ver como la esperanza y la ilusión de jugarla para competir por el campeonato se está extinguiendo.
Dentro de esta ola de equipos irregulares o que están en una declive buscando la forma de enderezar el rumbo y otros que tratan de llegar a tope a la Fase Final del torneo, hay un club que jornada tras jornada trata de consolidarse como un candidato fuerte para pelear por el título, equipo discreto, sin reflectores, con jugadores que no aparecen en redes sociales o haciendo alguna declaración polémica, un director técnico que busca su revancha después de un mal sabor de boca en su carrera como fue en Veracruz, y ahí esta en los primeros puestos de la tabla general: Necaxa.
Después de Alfonso Sosa y una generación que venía desde el Ascenso, a los Rayos les ha costado mucho encontrar el camino hacía la estabilidad y el trabajo, mismo que le esta sirviendo para competir contra los equipos poderosos y grandes como Tigres, Monterrey, América y León.
La Liguilla toma otro sabor para la afición, despierta mayor interés, expectativa y aforo en los estadios, son partidos más tensos, de mucha concentración y donde pocas veces existe un claro favorito.
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