Hace de su equipo algo tan práctico como los mismos pants con los que dirige. Para qué complicarse.
En medio de la turbulencia por lesiones, desprecios, desaires y demás, Martino se va por el camino correcto. Ha elegido una jareta y no un cinturón de doble vista y hebilla llamativa.
Claridad en el juego antes que excentricidad. Los platillos gourmet los ha dejado para otra ocasión. (Y conociéndolo, quién sabe si los llegue a colocar sobre la mesa). Por ahora, buen sabor y buena presentación de acuerdo a los ingredientes con los que cuenta. Si en el entorno hay sed y al "Tata" le han dado limones, optará por hacer una buena limonada y no una tarta de cítricos con ralladura caramelizada de limón y helado de cardamomo.
Y aunque ha tenido que improvisar en algunas posiciones por las repentinas bajas, dichos movimientos son más por necesidad y no por terquedad de experimentar. Eso de ser sofisticado y revolucionario en el juego, eso de pretender sorprender y de intentar dejar boquiabiertos a sus jugadores con rebuscados conceptos, al "Tata", ni le llama ni le nace.
Cuatro victorias y aun así, fue frontal y autocrítico manifestando que el juego ante Ecuador ha sido el peor de los que ha disputado. No tuvo empacho en decirlo. Punto que se agradece en tiempos donde la gran mayoría de los entrenadores encubren errores con demagogias sobre actitud, determinación, esfuerzo de grupo y todas esas cosas que retumban bien en el oído poco exigente.
Cierto es que el proceso apenas comienza y que el futbolista camina sobre miel, pero están y se escuchan convencidos de Martino. Veremos hasta dónde reina el ambiente de paz, serenidad y alegría al interior de un grupo que poco a poco comienza a mudar de piel y que voluntaria o involuntariamente, comienza a desprenderse de la vieja corteza.
Un buen tema será la portería. La inigualable experiencia y la jerarquía bien ganada de Ochoa o el estilo de juego de Orozco que tanto le satisface al técnico. A Martino le agradan los guardametas de alta capacidad con los pies, que sepan jugar adelantados y que tengan buen despeje. Requisitos que Orozco tiene de sobra. Pero, siete partidos con Selección Mexicana contra los más de 100 de Ochoa, es factor a considerar.
Mención especial para Jona dos Santos. Consciente de cada minuto brindado, lo valora como si fuera el último. No quiere ser más el Gio que nos dejó esperando. Altamente efectivo y dispuesto. Es otro. Sus únicos dos goles con Selección los ha marcado en la era del "Tata". La competencia con Carlos Rodríguez por el puesto será un deleite.
México se siente tan cómodo cual pants de Martino. Nada le aprieta. No es elegante pero es suficiente y lo más importante, nada ha quedado expuesto y ninguna carencia ha quedado al desnudo.
Twitter: @CARLOSLGUERRERO |