Tenía Cruz Azul una difícil misión que cumplir después de su lúgubre noche de jueves.
Debe ser muy duro para cualquier equipo escuchar que le tiene miedo a la camiseta con la que más rivaliza.
Que sus jugadores no tienen la mentalidad suficiente, que no le ponen ganas, que no saben ganar.
Eso y más se dijo después del 3-1 con que perdió La Máquina el partido de ida .
Por lo tanto, ayer tenía que rescatar al menos una de dos cosas: el boleto o el respeto.
Cruz Azul jugó un partido lleno de orgullo y dignidad.
Atacó al América, le quitó la pelota y trató de arribar de todas las maneras posibles.
Echó mano de Madueña para servir desde la derecha, y de Jonathan Rodríguez para desequilibrar por todo el frente de ataque, pese a que no fueron titulares regulares durante la campaña. Pero algo diferente tenían que intentar.
Quince partidos sin poder ganarle al América, aunque muchos de ellos fueron empates, son una losa muy pesada. Las dos Finales perdidas en los últimos tiempos, también.
Así que Cruz Azul hizo el partido que tenía que hacer, aunque no consiguió el resultado añorado: Marchesín fue ahora el héroe que se puso al equipo en la espalda para llevarlo a las semifinales tras 90 minutos en que fue dominado.
La primera mitad terminó con un dato revelador: los Celestes tuvieron le posesión del esférico el 66 por ciento del tiempo. América no disparó al arco una sola vez en los primeros 45 minutos. El complemento no fue muy diferente.
La última escena trajo una regresión de la Final del 2013: ahora el portero agregado al frente no fue Moisés sino Corona, sobre esa misma portería del milagro. Pablo Aguilar no pudo rematar el tiro de esquina con mas fuerza el primer balón aéreo que Cruz Azul ganaba en todo el partido dentro del área.
Marchesín, quien desvió milagrosamente el remate de Orbelín Pineda que terminó pegando en el larguero en el primer tiempo, se quedó con ese último balón que selló el pase a Semifinales.
Al América no se le puede quitar ningún mérito porque sacó adelante un partido muy complicado aunque no gustó lo suficiente.
Pero a Cruz Azul, que rompió esa racha paternal venciendo al América dejándole cicatrices con las que viaja a la siguiente ronda, merece también ser reconocido. Jugó en grande, tuvo la gran posibilidad de cambiar la historia y quedó fuera por las fatalidades del partido de ida.
Salvo la facilidad con que el León despachó a los débiles Xolos, los Cuartos de Final se decidieron por estrecho margen.
Tigres y América tienen más apuntes que revisar en su libreta, aunque Rayados en la ida contra Necaxa puso en riesgo lo que resolvió por posición en la Tabla.
Las Semifinales deberán ser parecidas.
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