En esta etapa del se abren las puertas de los grandes desfiles de moda del futbol.
Se aproxima el verano y eso marca el final de las ligas de casi todo el mundo, la cercanía con los Mundiales cada cuatro años y de la Euro en el intermedio. O de la Copas Oro y la Copa América. De la Final de la Champions cada año y de la publicación de la nueva lista de campeones en la mayoría de los confines futboleros del planeta.
Lo que busca este desfile del balón es captar más adeptos para el deporte más popular.
Como las casas de diseñadores, cada quien tiene la tarea de arrancar la mayor cantidad de exclamaciones y en conjunto, mantener vigente a una industria que necesita ser consumida para mantener su estatus.
Las Semifinales de la UEFA Champions League han logrado el cometido con creces.
Hay dos ganadores y dos perdedores porque en el deporte así tiene que ser, pero el espectáculo brindado es el mejor artículo de mercadotecnia que el futbol puede tener a la mano.
Barcelona cayó lamentablemente, sí. Es terrible ver caer a un coloso de ese tamaño con tanto estrépito.
Nos acostumbramos a ver a Messi dirigiendo una orquesta con músicos geniales que no están más en ella: Puyol, Iniesta, Xavi Hernández, el propio Rafa Márquez dejaron sus instrumentos en otras manos que no saben tocar de la misma manera.
Injusto es compararlos porque el tiempo pasa, los referentes cambian y el mismísimo hombre de la batuta es mejor a todos los demás, pero no tan poderoso como él mismo en el pasado.
Pero del otro lado apareció el Liverpool, doblado en la Final pasada por el Real Madrid en un partido lleno de tragedias, y le dio la vuelta a un marcador imposible de tres goles a cero.
Dirigido por el hipster más futbolero de Europa, fue todo un espectáculo.
Prendió las luces desde el primer instante, ahogó al rival como lo hizo a ratos en la ida, clavó los goles necesarios y cobrará revancha en casa de su verdugo en la referida final, para jugar la del 1 de junio con altas posibilidades de coronarse.
Ajax fue la víctima en tiempo extremo de una juventud que tanto es capaz de devorar como de ser devorada.
Le faltó manejar una ventaja que también llegó a ser de tres a cero en el global y permitió, en el último suspiro del partido, sufrir el despojo porque el Tottenham terminó siendo mejor en los momentos decisivos.
Más allá de las playeras, el futbol ganó adeptos con esos finales cardiacos que exaltan a la Liga Premier de Inglaterra como la más poderosa en la actualidad.
Le toca a la Liguilla sacar hoy mejores galas que las de ayer: millones de ojos quieren ver más futbol y los ocho clasificados dan función.
Es la época de conquistar más feligreses, de la mejor manera posible: enamorándolos.
Twitter: @fjg_tdn |
|