Estaría bien empezar por entender lo obvio. Una Final está conformada por dos finalistas, pero sólo uno sale campeón.
También debe estar muy en claro que no siempre en el seno del derrotado se encontrará a los culpables o a los villanos, pero casi siempre, equivocadamente, es ahí en donde los buscan.
Llovieron críticas sobre los Tigres, que fue el objetivo principal de los exploradores que han hecho de la eterna búsqueda de los culpables su pasatiempo preferido.
Quiero aclarar que ése no es mi hobbie, pero tampoco soy la excepción. También entré al juego, pero con la diferencia de que luego de analizar lo que vi, me pareció más inteligente buscar el motivo que hizo la diferencia en esta Final en el seno de los ganadores, dar méritos al que méritos tuvo.
No podemos equivocarnos creyendo que todas las derrotas vienen precedidas por fallas o errores de los derrotados.
Si lo hacemos de esta forma estaremos cometiendo la más grande injusticia en el deporte, prácticamente estamos insinuando que no hay ganadores con méritos propios, lo que sería una gran torpeza.
Mi realidad es que los felinos no dieron un mal partido, nos representaron bien, pero tuvieron enfrente a un equipo acostumbrado a este tipo de juegos, una idiosincrasia futbolística que, al parecer, está forjada para ese tipo de Finales.
Estaba claro que sería un partido bravo: patadas, engaños, presión, marrullerías y, que dentro de esa oscuridad, veríamos destellos de buen futbol de ambas partes.
"Tuca" alineó lo que le había funcionado, aun así es señalado como el culpable. Tal vez se tardó en meter a Guerrón, pero eso no lo convierte en villano.
La combinación que para mí fue decisiva en el partido fue que los Tigres pecaron por no lograr ser contundentes y se toparon con un equipo que sí lo fue.
Señores, mi resumen es sencillo: no hay duda que se fracasa en el intento por ser campeón, pero los Tigres fueron un digno finalista que se topó con un River implacable, los argentinos tuvieron tres y las metieron. Así se logran los títulos.
No hay culpables. Hubo dos equipos guerreros en la cancha que defendieron a muerte sus colores y un River campeón con todos los méritos, no necesariamente mejor que Tigres, fue perdonado, pero no perdonó.
Dejen de buscar al culpable en Tigres y mejor encuentren al culpable que hizo ese mentiroso dicho: "la tercera es la vencida".
Ni modo felinos, a pensar en lo que sigue. A empezar a sumar en la Liga y a buscar estar en otra Final.
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