Apenas terminamos la Jornada 4 de la Liga MX y la realidad de los equipos regios ha resultado muy distinta a los pronósticos.
Hasta ahora el Monterrey, que sus refuerzos no eran de todo el agrado de sus aficionados, ha superado en forma y números al que es considerado el mejor plantel de México.
No haré comparaciones, me dedicaré a elogiar lo que he visto del ataque rayado.
Ha anotado 7 goles en tres partidos, un buen promedio de 2.33 por encuentro, pero lo que más me ha impresionado es la forma.
Contrario al Monterrey de hace unos años de toques y mucha paciencia, muy eficiente por cierto, esta versión "Mohamedezca" tiende a llegar rápido a la zona de definición.
El buen trabajo de Gargano, quien se ha visto como un inteligente distribuidor de balón, y la mejoría de Neri Cardozo, quien se acerca al Neri de sus mejores tiempos, han sido fundamentales para esa agilidad en el traslado del balón de la defensa al ataque.
Ambos han sabido aprovechar la movilidad y la velocidad de su ofensivos.
Con 6 goles recibidos, su zona defensiva pide a gritos ajustes puntuales. Uno de los más importantes está en la falta de concentración y oficio.
No veo a ningún defensor rayado con las características de Franco Baresi, por eso les recomiendo que cuando estén apretados, de frente a su propia portería, inmersos en un panorama desconocido, tiren la pelota a la tribuna, no pongan en riesgo el trabajo del equipo por un lucimiento personal intrascendente.
En ese detalle en especial, que ni siquiera es de orden táctico o técnico, Tony Mohamed debe colocar especial atención para evitar cierres cardiacos o derrotas que duelan más de lo normal.
Ya del otro lado, los Tigres muy pronto se toparon con lo inesperado. Con un plantel tapizado por la calidad, la exigencia acompañada por las victorias sólo serían el cumplimiento de la obligación.
Pero esa misma exigencia huérfana de triunfos rápida y fácilmente se transformará en crisis.
El control de la presión, el manejo mental del plantel dentro y fuera de la cancha y la confianza en un sistema táctico se pueden diluir en un abrir y cerrar de ojos. Bajo ese riesgo empiezan a vivir los Tigres de Ferretti.
Jaguares llega con un equipo humilde, en relación a los locales, ordenado por un gran estratega como lo es Ricardo La Volpe y sabedor de que los minutos sin goles en contra serán sus aliados.
Para los Tigres no hay excusas o explicaciones, no hay ausencias o distracciones que aguantarán uno o dos descalabros más, y por más amigos que sean técnico y directivos, la tensión de no ganar será insoportable.
Así que apenas estamos en la Jornada 5 y "Tuca" empieza a jugar partidos decisivos.
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