La tribuna agradece cuando no son las fórmulas sombrías para nulificar las que comandan la estrategia y sí, el ferviente deseo de ganar a costa de todo.
El televidente sale ganando cuando hay obsesión por atacar desde el minuto uno y cuando en el vestidor se deja encriptada la especulación en alguna de las valijas.
Qué lindo es el futbol mexicano cuando los equipos no se guardan nada.
Bendita Liguilla que vino a romper con el letargo de un torneo que arrojó más escándalos de escritorio que verdaderas emociones. Que si Veracruz, que si las deudas, que si Tigres, que si Cruz Azul, que si Peláez, que si el VAR.
Vayamos por partes. En el Morelos no faltó una sola página para tener un episodio de novela. Intenso y dramático de principio a fin. De esos duelos que dejan un grato sabor de boca.
La llave más dispareja - en el papel - de los cuatros enfrentamientos, arrojó un bravío encontronazo. León es mucho vértigo. Equipo eléctrico, punzante, detonador y contundente. No sabe jugar de otra forma. No entiende de velocidades bajas. Es su ADN y, aunque corre por momentos riesgos innecesarios, prefiere hacer siempre uno más que protegerse o asegurar el resultado.
Monarcas hizo mucho más de lo esperado. Plausible la forma en como Pablo Guede ha hecho jugar a una escuadra que hasta antes de su llegada, estaba desahuciada con Torrente. Aristeguieta debe iniciar en el vuelta. Con esa calidad y presencia, sería un desperdicio y un grave error, dejarlo en la banca para la vuelta.
Necaxa volvió a ser Necaxa. Recuperó la memoria. Sus figuras entendieron que todavía no es Chivas quien les paga. Punto fundamental para enderezar la parte mental. Guillermo Vázquez continúa demostrando que es de los hombres más capaces del futbol mexicano. Con un pie y medio en Semifinales, sería imperdonable que Gallos, tras lo expuesto, los dejara fuera.
Rayados de Monterrey ha alcanzado su mejor versión en el momento más importante del torneo. Letal ante el líder general y aunque al descanso se fue contrariado y alcanzado, supo reactivar motores en el complemento para hacerle tres goles más a Santos.
Brutal y espectacular noche de Pabón como inconmensurable y contundente la de Janssen. Desquiciantes para el rival y alucinantes para una grada que no acompañó.
Tigres juega por nota. Que guste o no su estilo ya es otro tema. Es paciente y sabe aguardar. Engañó y engatusó al América. Le hizo pensar que era inferior en el primer tiempo. No conoce la desesperación y en el complemento resolvió aún sin tirarse a fondo. Nada está resuelto pero, mientras Tigres juega siempre a lo suyo, América por momentos no sabemos a qué juega. Si no tiene un 11 definido mucho menos una idea clara.
Y de no ser por Fernando Guerrero la cosa pudo ser peor con el contragolpe cortado.
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