Por su ubicación en el Atlántico norte, el archipiélago de las Bermudas tuvo un rol importante durante la Segunda Guerra Mundial. Fue un punto estratégico para los Estados Unidos. En 1941, le arrendaron parte de la isla a la Gran Bretaña para establecer algunas bases militares navales.
Justo en este pequeño punto del planeta, la Selección Mexicana inició su obligada e impuesta "Batalla de la Nations League" y aunque ganó y goleó, el análisis debe hacerse con mesura.
Bermudas es 167 en el ranking de la FIFA. El futbol está lejos de ser prioridad en el territorio de ultramar británico. Dicho puesto no es para presumir, a diferencia de su llamativo lugar 21 en la tabla de Índice de Desarrollo Humano. (El IDH considera tres variables: vida larga y saludable, conocimientos y nivel de vida digno). Ahí, México es 74.
Detalles a destacar luego del juego: A Martino no le gustan las improvisaciones. En la medida de lo posible, alarga lo más que se pueda la idea inicial de juego. México sufrió en la salidas con pelota controlada. Al menos en cinco ocasiones la presión del rival provocó que se tomaran malas y arriesgadas decisiones en la parte baja.
Pero más allá de modificar la estrategia, Martino, cual paciente almirante, mantuvo sus formas de navegación. No alteró la ruta ni giró drásticamente de estribor a babor. Por el contrario, siguió con el mismo planteamiento hasta que la idea se perfeccionara.
Martino no es el tipo de entrenador que establece distintos circuitos de respuesta. Tiene un plan A y con él se muere. Podrá mover algunas piezas pero nunca rompe el diseño pre establecido. Ante sus subordinados, jamás romperá emberrinchado el mapa con la estrategia trazada desde un principio.
Mantuvo a flote el buque a pesar de los primeros 30 minutos dolosos. México además de errático, parecía excesivamente sobrado. (Martino en entrevista confiesa que nunca notó displicencia ni relajación ante la notable inferioridad del rival. El "Tata" simplemente encontró fallas de ejecución). Cayó el primero y se activaron los motores.
Uriel Antuna sigue siendo un torpedo confiable. Certero y preciso. Rápido y letal. Sabe moverse, ubicarse y definir. Macías tiene gol, mucho. Es de los atacantes que sin tener una noche brillante, es capaz de hacer un doblete.
Las tranquilas aguas color turquesa le han permitido a la Selección Mexicana transitar sin turbulencia alguna. Los jóvenes siguen ganándose la confianza de Martino y Martino continúa permeando su filosofía a todos. Le respetan a bordo.
En 1997, las bases militares estadounidenses cerraron en definitiva y devolvieron las tierras a Bermudas en el 2002. Tierra noble que supo valorar y celebrar un gol a favor a pesar de haber recibido cinco. Vaya que la vida, la saben disfrutar.
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