Dos partidos sobresalen del resto en esta Jornada 12... y ambos se juegan hoy.
En el Estadio Azteca, el inestable América recibe a las desnutridas Chivas, y unas horas antes se enfrentan en cancha rayada los dos equipos que más han decepcionado en lo que va del torneo: el Monterrey y los Tigres.
A esta edición del Clásico Nacional, por enésima ocasión los acérrimos adversarios llegan en condiciones diametralmente opuestas; uno ubicado en zona de clasificación y como serio candidato al título, y las otras arrastrando la cobija y dándose de topes consigo mismas.
El América inconsistente en su desempeño, con los altibajos tan característicos del futbol mexicano, muy bien dirigido por Miguel Herrera pero todavía lejos de su nivel óptimo y batallando para utilizar su alineación idónea conforme va rescatando a sus mejores elementos; y en frente las Chivas, convertidas en un auténtico desbarajuste, con un abrupto cambio en la dirección técnica en el momento menos oportuno posible.
Aunque la capacidad de Luis Fernando Tena como director técnico es incuestionable (simple y sencillamente estamos hablando de un doble campeón de Liga y de quien se encargó de alcanzar en Londres 2012 el mayor logro en la historia de la Selección Mexicana), su intempestiva llegada al conjunto rojiblanco para nada se produce en el momento adecuado ni con las circunstancias propicias como para esperar que rinda los deseados frutos.
Pero si a este "Clásico de Clásicos" uno llega en la duda y el otro en la calle, a la actual edición del Clásico Regiomontano ambos contendientes llegan en imperdonables e incomprensibles condiciones.
Si consideramos lo que cada equipo tiene y a lo que cada uno ha jugado, es indudable que entre los 19 participantes han sido las dos escuadras regias las que más futbol han quedado a deber después de 11 jornadas.
El equipo dirigido por Diego Alonso sin definir todavía a qué juega y cómo lo hace, y el que dirige Ricardo Ferretti aburguesado, aletargado, aparentemente satisfecho con lo que ya hizo en anteriores torneos.
Cada cual con su propia deuda futbolística, pero el caso es que vuelven a enfrentarse en la medianía dos equipos que durante muchos años así lo hicieron, pero que desde hace 10 o 15 nos habían acostumbrado a hacerlo en las alturas.
Sólo resta esperar que hoy, por lo que siempre está en juego en este tipo de partidos, tanto en la cancha norteña como en la capitalina cada uno de estos cuatro equipos sea capaz de desplegar su mejor futbol.
Por lo pronto, sin embargo -en el duelo entre capitalinos y tapatíos al igual que en el de regiomontanos-, en teoría los de hoy se presentan como "clásicos típicos", a la espera de que en la práctica regresen los épicos.
A ver si hoy... como por arte de magia.
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