Ayer salieron los dos finalistas de la flamante "Leagues Cup".
Primero entre los Tigres y el América que se enfrentaron en Houston, Texas, y después en el Cruz Azul vs LA Galaxy que se llevó a cabo en Carson, California, fueron arrojados sendos finalistas que el próximo 18 de septiembre irán en pos de un nuevo título.
Cuatro equipos a los que les bastó ganar un partido para convertirse en semifinalistas: el Cruz Azul porque en su momento venció 2-0 al Chicago Fire, los Tigres porque doblegaron 1-0 al Real Salt Lake, y el América y LA Galaxy porque se impusieron por la vía de los penales al Dynamo y a los Xolos, respectivamente.
Un torneo que inició desde los Cuartos, como sucede con las Liguillas del futbol mexicano; pero como todo va dirimiéndose con un solo partido, con ganar tres se accede a ese título que por lo pronto deja más lana que prestigio.
Para que ese torneo fuera adquiriendo mayor interés entre los aficionados, y revistiera más a quienes lo jueguen y lo ganen, el primer paso sería que los equipos lo encararan con la mayor seriedad posible y con los mejores jugadores que cada cual tenga.
No como simples entrenamientos, ni como meras oportunidades para poner a jugar a los que normalmente no juegan, ni como magníficos pretextos para viajar por algo de dinero, sino como auténticos duelos en los que entre otras cosas siga demostrándose -poco a poco pero inexorablemente- dónde se juega mejor futbol.
Mientras no lo hagan así todos, mientras algunos sigan encarándolo a medias y no a tope y con todo, el incipiente torneo estará condenado al olvido y a la desaparición, como ha sucedido con otros torneos -"interligas", "superligas" y similares- encaminados a generar o fortalecer la rivalidad entre la liga mexicana y la estadounidense.
La reciente exhibición de la "Campeones Cup" ofrecida por el Atlanta y el América debería servir como ejemplo de lo que puede lograrse al enfrentar a los mejores de cada liga en sus mejores condiciones posibles.
Si con mayor frecuencia van a producirse partidazos como aquel -de ésos que muy de vez en cuando pueden verse en el torneo interno de las respectivas ligas-, entonces no sólo se irá sacando más lana que la que ya se obtiene, sino que además crecerá esa futbolera rivalidad entre mexicanos y estadounidenses... y los aficionados de ambos lares saldrán ganando.
Si no son demasiados y muy desgastantes los viajes que implique, es cuestión de incorporar partidos y torneos como ésos como parte de la preparación semanal de cada equipo. Entender que esos encuentros de media semana pueden funcionar mucho mejor como entrenamientos que los tradicionales interescuadras, y aprovecharlos para elevar el nivel de rendimiento.
Incluso si el objetivo primordial es obtener más lana... tratar de obtenerla jugando mejor.
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