EL DESTINO DE CABRERA
 
 
Desde hace varios meses David Cabrera, volante de los Pumas, vio venir las señales pero no hizo absolutamente nada. Hoy está condenado a ver el Clausura 2020 desde la banca, si es que tiene la suerte de que lo convoquen y a pasarse el semestre cobrando sin hacer nada mientras se consume por las diferencias que tiene con el técnico español, Miguel González.

Cabrera, quien debo contarles que no tiene un carácter nada fácil -además de que es conocido por sus explosivos arranques-, tuvo varios intercambios verbales con "Míchel" desde el torneo pasado.

El señor futbolista inició como titular el Apertura 2019 y después comenzó a perderse entre lesiones y lo que el entrenador consideró como una "baja de juego" (termino que cuenta con miles de definiciones, desde una auténtica baja de juego hasta un me cae en la punta del... hígado).

Desde que llegó a Ciudad Universitaria, "Míchel" abrió la comunicación con sus jugadores y aunque no es fácil ganarle en un intercambio de ideas, siempre había sido un tipo que escucha, pero el tema con Cabrera, quien incluso llegó a ser capitán de los universitarios, me cuenta mi Judas auriazul, es que sí subió de tono.

Para peor, el momento crítico se dio justo en los momentos más difíciles para Pumas durante el torneo pasado, cuando el barco estaba a punto de hundirse, con el equipo al borde de la eliminación y jugando a nada. Entonces, la displicencia era el pan de cada día entre los integrantes del plantel y muchas de las decisiones tácticas de "Míchel" le parecieron erradas a Cabrera, -y a fuerza de ser honestos le doy un poquillo la razón, pues todos vimos cómo el entrenador cometió muchos yerros en los últimos partidos-, pero a la hora de la confrontación la buena onda se rompió y Cabrera pasó a engrosar la lista de los apestados para 2020.

La cosa es que en estas semanas Felipe Mora, Miguel Fraga, Martín Rodríguez, Pablo Jáquez, Alan Mendoza, Kevin Escamilla y hasta Juan Manuel Iturbe (¡hasta él!) encontraron acomodo en otros clubes, pero por Cabrera nadie preguntó... por algo será.

Les ahorro clavarse a la ficha de Cabreras, quien esta campaña tiene cero minutos jugados, pero cuenta con contrato vigente hasta el Clausura 2021, cortesía de la antigua directiva, que en una de sus tantas decisiones absurdas e inexplicables, blindó a un hombre que nunca pudo regresar al nivel que tuvo hace años y cuyo carácter tampoco le ayudó en nada a los hombres que venían de abajo.

Ojalá y no me lo encuentre en los choripanes el próximo domingo antes del Pumas-San Luis...

 
 
FE (MÁS QUE) CIEGA
 
 
Y ya que mencioné a ese cartucho quemado que cobra como estrella de la Serie A, déjenme darle un aplauso a la fe casi ciega que le ha tenido Pachuca al señor Juan Manuel Iturbe.

Independientemente de lo que pueda pasar con el paraguayo dentro y fuera de la cancha allá en la Bella Airosa, a los Tuzos no les importó el estado físico del jugador con tal de firmarlo antes de que fuera demasiado tarde.

Me cueeentan que en Pachuca venían siguiendo al futbolista desde hace mucho tiempo; y como no era un secreto que "Míchel" ya no lo quería ver ni en pintura y que la directiva sudaba cada que tenía que depositarle la quincena, fuera de toda realidad para los Pumas, pararon antenas en los últimos días antes de que fuera imposible ficharlo.

Qué tanto deseaba el Pachuca vestir de tuzo a este compadre que se echó la puntada de ver de lejitos cómo Iturbe se fue a Italia a tratar de fichar con el Génova y cuando la cosa se torció y no hubo acuerdo, ahí metieron mano mis compas de Hidalgo para registrarlo ¡sin siquiera hacerle exámenes médicos!

Diiiicen en Italia que el estado físico del futbolista no fue el impedimento para que jugara con el Génova, pero yo creo que nadie duda que Iturbe no es precisamente el jugador más atlético del futbol mexicano, por lo que Pachuca se aventó el trompo de ponerle sus respectivas firmas al contrato y presentarlo para poder registrar a "Iturbo", pues así lo exhibe La Liga.

Ojalá e Iturbe vuelva hecho un roble, juegue como nunca (literalmente, como nunca lo hizo en Pumas, o sea, bien) y que meta muchos goles porque de lo contrario, no habrá forma de retractarse, pues papelito habla y ese está bien firmado.

 
 
SE LE ACABA LA PILA A CHUY
 
 
Esta vez no hubo palabras.

El portero Jesús Corona abandonó el Nemesio Diez frustrado, muy molesto consigo mismo, porque pudo hacer hecho más en el gol del empate del Toluca ayer en la milésima cruzazuleada de La Máquina en la historia de la civilización moderna.

El guardameta, quien suele ser el único celeste que siempre da la cara y habla, esta vez no pudo. Subió al camión e hizo seña de que volvería para atender a los medios, pero ya no tuvo las fuerzas para hacerlo.

En redes sociales ya había críticas hacia su persona y Corona ni siquiera se sintió con ganas de bajar para atender a 2 aficionados que estaban en la zona mixta con la intención de saludarlo.

Quizá se sintió tranquilo al ver cómo otros, como Elías Hernández o Santiago Giménez atendían a la prensa aunque me contó mi Judas celeste que Corona no tuvo consuelo que lo calmara ayer en la fría Toluca, pese a que más de uno se le acercó para decirle que la igualada que le arrebató el club rojo fue culpa de todos y no sólo suya.

Por eso Corona se fue pensativo en el camión, dolido por lo que vivió.

 
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