Pocos arqueros en la historia han demostrado su valor de una manera tan clara como Nahuel Guzmán en las últimas seis jornadas.
Fueron seis partidos en los que Tigres recibió un solo gol para cinco triunfos y un empate. Curiosamente la buena racha comenzó justo cuando el portero logró recuperarse del Covid-19.
Seguro que no es el único factor, hay que tomar en cuenta los cambios de estrategia que hemos visto en "El Tuca" Ferretti, pero imposible no notar lo mucho que cambia el equipo cuando no está "El Patón".
Tampoco hay que ser un genio para recordar que detrás de la mayoría de las épocas doradas hay un buen guardameta: "El Tubo" Gómez con las Chivas, Miguel Marín con el Cruz Azul, Zelada con el América, Calero con el Pachuca, Cristante con el Toluca y, recientemente, Nahuel Guzmán con Tigres.
Hago la reflexión anterior porque muchas veces los equipos subestiman la suposición de portero a la hora de armar los planteles.
Vemos, por ejemplo, a las Chivas que invirtieron una buena cantidad de millones en jugadores de campo, la mayoría ofensivos y se olvidaron de reservar algo para la portería.
Curiosamente, unos meses después llega Víctor Manuel Vucetich, quien en sus éxitos más modernos ha contado con algún guardameta de primera categoría: Calero con los Tuzos campeones del 2003 ante Tigres, Jona Orozco con los Rayados y Thiago Volpi con Querétaro.
Si recordamos, los tres fueron piezas fundamentales en los momentos claves del campeonato, y probablemente esa es la pieza que más le genere dudas sobre su plantel, ya que Toño Rodríguez y Raúl Gudiño no se han ganado ese grado de confianza.
Lo que resulta increíble es que el Guadalajara haya gastado tanto en jugadores ignorando por completo a guardametas comprobados como Orozco y Talavera, quienes estuvieron disponibles en el mercado de verano.
Vale mencionar que está dependencia hacia los buenos porteros no es exclusiva del "Vuce", ya que así como el "Rey Midas" ha contado con sus guantes en momentos definitorios del campeonato, "Tuca" también ha sido salvado por Nahuel en varias ocasiones, y el mismo "Piojo" por Marchesín.
Pareciera como si tener un portero de primera categoría fuera un requisito para ser campeón en México, o al menos para formar un equipo de época, de esos llamados dinastía o el equipo de la década.
A nivel de Selección Mexicana, la posición ha estado resuelta por muchos años, desde Pablo Larios hasta Paco Memo Ochoa hemos tenido un carrusel de grandes porteros. La pregunta es quiénes seguirán después de Ochoa.
Dejemos de subestimar al guardameta, basta revisar la historia para darse cuenta que detrás de casi todo gran equipo hay un gran portero.
Twitter: @AldoFariasGzz |