La mejor noticia que pudo recibir el Guadalajara en el partido de anoche contra el León fue recibir un gol.
Porque, entonces, tuvo que arriesgar, soltar amarras y hacer los cambios que le devolvieran la vida y, al mismo tiempo, el respeto por el futbol que debe jugar: con velocidad, ligereza y alegría.
La posibilidad de tener ya en la banca a JJ Macías y a Alexis Vega invitaba a hacer algo totalmente distinto en la segunda parte, y así sucedió.
Las Chivas dieron un manotazo en la mesa, se le fueron encima al León y provocaron un penal en el que Rodolfo Cota se llevó de corbata a Alexis Vega, abriéndole la puerta al empate.
Se sabe que en estos partidos la estrategia es muy importante y que el resultado manda de tal forma que se olvida generalmente cómo se consiguió, si es que fue favorable.
Por eso una primera parte trabada, en la que hubo un solo disparo a puerta -el del gol leonés-, se entiende, aunque cuesta trabajo aceptar como espectador.
Con un dato revelador: el Guadalajara, con la calidad técnica que tiene, mantuvo la pelota en los pies solamente el 35 por ciento del tiempo.
Víctor Manuel Vucetich, con toda su experiencia, sabrá si había que reaccionar como lo hizo su equipo hasta que se vio en desventaja o si en el mundo del futbol, donde nunca se termina de aprender, tomó nota de una lección más.
La segunda parte, con un cambio completo de decoración, fue de poder a poder; de auténtica Liguilla.
Cualquiera de los dos pudo ganar, porque así como Uriel Antuna falló un pase en el que dos atacantes tenían frente a sí a un solo defensor y Barreiro sacó una de la raya que parecía irremediable, el León también tuvo las suyas.
Nico Sosa tuvo un par, Mena le pegó hacia adentro en un mal rechace de Gudiño que se sacó la espina con un atajadón a quemarropa y el misterio persistió hasta el silbatazo final.
El partido de vuelta está abierto pese a la ventaja esmeralda de recibir ahora en su terreno.
Valdrá la pena preguntarse de aquí a entonces cómo jugarán uno y otro. Sobre todo las Chivas.
Las del segundo tiempo pueden sacar las papas del horno y llegar a la Final. Las del primero, serían avasalladas en su trinchera con el peligro de recibir un tanto en cualquier momento.
Hoy tenemos el segundo capítulo de la fiesta con el primer duelo entre Cruz Azul y Pumas, que promete igualmente.
Los Pumas, habiendo rebasado todo lo que planeó, busca dar una sorpresa más en esta serie que en alguna época de los 80 fue de lo más brillante, con títulos repartidos entre ambos.
Cruz Azul, necesitado históricamente de un título, parece quitarse la presión que a los actuales jugadores no les corresponde. Quitarse de encima a los Tigres fue importantísimo.
El duelo pinta para grandes cosas y es de pronóstico reservado.
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