También pasan cosas buenas en lo que respecta al futbol mexicano en general.
Entre ellas, lo que algunos futbolistas de acá están haciendo en Ligas de otros lares.
En la española, con el Atlético de Madrid, Héctor Herrera ha sido muy paciente para sacarle provecho a las escasas oportunidades que ha tenido en la cancha.
Con el Sevilla, Javier Hernández sigue enriqueciendo su ya de por sí brillante trayectoria en Europa; y lo mismo hace Andrés Guardado con el Betis.
Con el Ajax, en la Liga holandesa, Édson Álvarez se consolida poco a poco, como consolidado desde hace rato está Jesús Corona en la Liga portuguesa.
En la Premier League Raúl Alonso Jiménez vive su mejor momento como futbolista, y con el Napoli Hirving Lozano está paulatinamente aprovechando la magnífica oportunidad de codearse con la élite futbolera tanto en el torneo interno como en la Champions League, el mejor de todos los torneos, donde también participan actualmente Álvarez y Herrera.
Todos ellos, y algunos más, poniendo en alto el prestigio de nuestro balompié. Y sin embargo, el mejor jugador del actual futbol mexicano está en una Liga más cercana, la MLS, jugando para Los Angeles FC.
Con Carlos Vela como magnífico líder, dicho equipo acaba de instalarse en la Final de su conferencia en la Major League Soccer.
Vela ha sido el mejor jugador de la Liga, máximo goleador que además asume a cabalidad el compromiso y la responsabilidad de elevar su nivel de juego (y la frecuencia y repercusión de sus participaciones) en los partidos y momentos cruciales; como acaba de hacerlo en la Semifinal del jueves, cuando condujo a su equipo, con sus dos goles y su magistral desempeño, a la ansiada victoria sobre el conjunto de LA Galaxy, el acérrimo adversario estadounidense, californiano y angelino.
Así, de la mano, el talento y los botines de Carlos Vela, avanzó el LAFC a la Final de la Conferencia Oeste, que jugará en su cancha ante el Seattle Sounders.
Carlos Vela acaba de convertirse, simple y sencillamente, en el futbolista mexicano que más goles ha anotado en un año (en la historia de nuestro futbol), con los 36 que lleva en este 2019; y para nada se trata de un centrodelantero natural, sino de un futbolista cuyo juego va mucho más allá de sus goles.
Elevada capacidad técnica, pierna izquierda como muy pocas, pasmoso dominio de los tiempos y los ritmos, inteligencia para discernir cuándo acelerar y cuándo jugar sencillo, cuándo arriesgar en la jugada individual y cuándo aprovechar el movimiento del compañero... o hacerlo moverse hacia donde debe.
Jugadorazo, el mejor mexicano de la actualidad, con el legítimo derecho de decidir si vuelve a jugar o no con la Selección Nacional.
¿Habrá quien lo convenza?
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