El pasado domingo, los Cuervos le mandaron un mensaje contundente a quienes, por alguna extraña razón, todavía no los consideraban un equipo de peso completo.

Con otra actuación extraordinaria de Lamar Jackson al frente de una ofensiva que es coordinada de manera brillante por Greg Roman, Baltimore hizo ver mal a una defensa que llegó a la mitad del calendario como una de las mejores de la historia en términos de puntos permitidos y de robos de balón.

Además, la defensa al mando de Don Martindale volvió a mostrar que, a pesar de haber perdido a varios jugadores de élite que le daban identidad, sigue siendo una unidad muy competitiva y oportuna.

Sin ir más lejos, el balón suelto que regresó Marlo Humphrey para anotación cambió el rumbo del partido cuando Patriotas amenazaba con tomar el mando.

John Harbaugh ha hecho un trabajo admirable y los Cuervos no sólo se mantienen dentro de la élite de la Conferencia Americana, sino que han conseguido evitar que el período de transición que vivió la organización en los meses recientes les pasara factura.

Es un hecho que van a ganar su división y que serán un rival de mucho cuidado en Postemporada. Ahora bien, el equipo tendrá que mantener el nivel de ejecución y de motivación mostrado ante Seattle y Nueva Inglaterra para poder trascender en enero, amén de que muy probablemente jueguen uno o dos partidos fuera de casa.

Mientras tanto, y a pesar de que fueron claramente superados por su rival, no me parece que este tropiezo deba considerarse como el fin de las aspiraciones de Nueva Inglaterra para buscar el bicampeonato.

De entrada ya tienen ocho triunfos y, con partidos pendientes ante Cincinnati, Búfalo y Miami, se antoja complicado que no sumen al menos 11 victorias.

Es cierto que Filadelfia, Dallas, Houston y Kansas City serán rivales de mucho cuidado, pero en todos estos enfrentamientos serán favoritos.

Incluso, pensando que solamente ganaran dos de esos cuatro duelos, terminarían la campaña con 13 victorias y muy probablemente con la ventaja de jugar en casa toda la postemporada.

Además, estoy seguro que Bill Belichick sabrá aprovechar este descalabro para hacer ajustes y preparar a su equipo para la recta final.

Es más, no me extrañaría nada que, pensando en un nuevo enfrentamiento durante los Playoffs, "el monje" hubiera aprovechado el juego del pasado domingo para hacer un diagnóstico preciso de las fortalezas y debilidades de los Cuervos, sin la necesidad de mostrar todas sus armas.

 
Twitter: @JosePabloCoello