La historia del Veracruz es pintoresca y azarosa.
Desde las épocas del "Pirata" Luis de la Fuente a la de Jorge Comas y la de Cuauhtémoc Blanco, hay capítulos que Jorge Ibargüengoitia hubiera anhelado narrar con su irrepetible estilo.
Pepe Lajud, su dueño y presidente de los 70, que no lo pudo salvar de un descenso que pudo ser eterno, es uno de los personajes que luego fueron sucedidos por otros de diferentes índoles.
Cuando TV Azteca compró la franquicia para tratar de regresarla al protagonismo, el recordado Moisés Saba conoció el mundo del futbol. Alguna vez en un partido en el Azteca permaneció todo el medio tiempo llamándole la atencion a Aníbal Ruiz, quien no pudo ir al vestidor a dar las indicaciones para la segunda parte.
Rafael Herrerías decidió, en la temporada del súper liderato con Kléber, Cuauhtémoc y "Chaco" Giménez en el cuadro, que el equipo no se presentara a la última jornada contra Jaguares de Chiapas en señal de protesta por alguna decisión federativa. Tiempo después, los puntos perdidos hicieron falta para evitar el siguiente descenso.
Fidel Kuri debe ser el directivo con más castigos en la historia moderna del futbol mexicano.
Ya pagó por no descender y su club supera cada semana la marca negativa absoluta de más partidos sin ganar de todos los tiempos.
Fotografías al vuelo de lo que ha sucedido con una franquicia que ha servido para hacer todo tipo de experimentos excéntricos.
Y hoy está el Tiburón atravesando una de sus peores pesadillas. No gana ni de rebote, ni por ley de probabilidades, ni por piedad.
Cinco entrenadores se han repartido los 33 partidos sin victoria del Veracruz. Juvenal Olmos (8), Hugo Chávez (2), Robert Dante Siboldi (14), José Luis González China (3) y Enrique Meza (6).
Los cambios de director técnico, por lo tanto, han sido constantes. No han tenido tregua.
Salvo Siboldi, nadie ha tenido más de dos meses en el cargo. No hay tiempo de imponer ninguna idea porque lo que manda es la desesperación.
¿Qué hacer ahora ante la renuncia de Enrique Meza, desolado tras perder en casa por goleada frente al Querétaro?
La espiral en que vive el Veracruz es de esas que no se pueden interrumpir abruptamente. No hay fórmulas a la mano que puedan evitar un mayor desplome.
El aficionado veracruzano y la gente que ha confiado en el club en diferentes etapas, se preguntará qué pecado ha cometido para sufrir tal penitencia.
¿Cuánto tiempo más va a resistir esta franquicia? ¿Tiene remedio todo el daño recibido? ¿Pone en peligro el equilibrio de la Liga MX completa la endeble condición económica y deportiva del club?
Lo que se tiene que decidir en el Puerto no era si aceptarle o no la renuncia a Meza, envuelto también en el pesimismo crónico.
Twitter: @FJG_TD |
|